VARSOVIA: Ciudad Fénix
Los capitanes (o comandantes… o lo que sea) de avión utilizan un inglés rápido y atolondrado que se mezcla con el ruido de las turbinas y que hace complicado pillar al vuelo (nunca mejor dicho) alguna frase completa. Agudizando el oído y las entendederas, comprendí que empezábamos a sobrevolar Varsovia.
A través de la ventanilla hice una composición rápida de lugar: ciudad europea del este con clarísima influencia de los años sometida al régimen comunista. Avenidas muy amplias y edificios muy cuadrados. Digamos, disposición práctica. Bien, me gusta la practicidad.
Conforme la iba descubriendo, Varsovia me iba encantando. Resulta tremendamente sorprendente pasear por sus calles sabiendo que hace menos de setenta años aquello se hallaba totalmente destruido tras la segunda guerra mundial. Y es que Varsovia es como un fénix que resurgió de sus cenizas, cosa la cual tiene muy orgullosos a sus habitantes y no es para menos pues gracias a la valentía y osadía de algunos de ellos, se pudieron conservar pinturas y pedazos de paredes, columnas, decoraciones y otras pistas que permitieran llevar a cabo una reconstrucción fiel y asombrosa de la ciudad antigua tal como era antes de que los nazis, a base de dinamita y fuego, la destruyesen bajo la impasible mirada de los rusos desde el otro lado del Vístula.
La película “El pianista” de Polanski rememora todos los acontecimientos que se sucedieron en la ciudad: desde la llegada del nazismo, la creación del gueto, la deportación masiva de judíos e intelectuales polacos, hasta la insurrección de Varsovia, la destrucción total de la ciudad y el final de la guerra. Tuve suerte hace poco de volverla a ver y me quedé paralizada, como petrificada delante de la tele dándome cuenta de que hacía tan sólo unos días yo había paseado por ese mismo lugar objeto del tremendísimo odio del padre de la peor desgracia humana conocida, maldito Adolf Hitler.
Que se revuelva en su tumba, Varsovia es un ave fénix que volvió a volar y así lo seguirá haciendo al ritmo de Chopin.
Comentarios
muchas gracias!
lidia-la escriba