UNA PENA LO DEL SONIDO
Una pena fue que el sonido no estuviese para nada a la altura de las intenciones del grupo. Sin embargo, Colplay consiguió regalarme un par de horas de un espectáculo menos pretencioso de lo que hacen entrever los críticos. Se dice que Chris Martin y sus colegas pretender ensombrecer a U2 en esto de los macro-conciertos y he de señalar que dudo sea esa la intención. No veo en ellos la idea espectacular que presentan los de Bono. Como en todas las artes, de la música, en lo que me fijo es en las sensaciones y éstas en este caso estuvieron encontradas: por un lado la rabia de no poderles escuchar mejor y por otro la emoción de ver cómo estos muchachos únicamente pretender comunicar sus dulces melodías a un público más que agradecido. Digo rabia, porque sólo con un poquito de mejor sonido, la cosa habría tenido un cáliz mucho más emocional (que las emociones no faltaron, pero se quedaron cortas). Digo emociones, porque el espectáculo resultó realmente entrañable: el colorido del vídeo,