Póker relacional

El póker no me gusta porque no es un juego limpio. Es un juego que requiere engaño, perspicacia o picardía, manipulación y un profundo conocimiento de las personas. Todo orientado a ganar para uno mismo y dejar sin blanca al contrario. Es un juego en el que no hay equipo, sólo contrarios. No hay diversión, sólo suspicacias, negociaciones y adivinanzas. Todo bajo mano, oscuro. Y todavía me gusta menos cuando se utilizan las mismas tácticas de juego en las relaciones interpersonales porque es ahí donde más daño hace la manipulación. Me sorprenden, pero sobre todo asustan, esas personas que viven la vida como dentro de una mesa de juego. Personas que no tienen vida propia y lo poco que tienen lo dedican a manejar situaciones, a jugar con las personas como si fueran naipes que pueden utilizar y desechar a su antojo. A manejar las situaciones para su propio y único beneficio. Personas extremadamente inteligentes pero también e...