SINDROME DE ABSTINENCIA

Cuando nos encontramos bajo la influencia de una mala temporada que se alarga en el tiempo, lamentablemente, nos acostumbramos a ese estado. Dependiendo de la forma de ser de cada cual, el estado de ánimo variará en consonancia con los motivos. Unos estarán tristes, de capa caída. A otros les entran los nervios, como a una servidora. Las malas temporadas se acaban. Sí o sí. Sea como sea. Porque uno se arma de valor y “coge el toro por los cuernos” o porque simplemente con el paso del tiempo las cosas se ponen en su sitio. Todo se acaba incluso aunque no queramos. La salida de esos estados de ánimo suele conllevar accesos de euforia. De repente llega un día en que te encuentras mejor, los problemas parecen desaparecer y las cosas salen mejor. Todo resulta emocionante hasta que con el tiempo nos asentamos en la buena temporada y de repente, sin saber por qué, se tiene una extraña sensación. Un ronroneo interior, una inquietud sin motivos. El saber que todo está bien y sin embar...