ETERNO DESPECHO

Ay! Cuanto daño nos sigue haciendo esto de los amores. Así es y así será. El amor de otros es lo único que no podemos controlar, que no depende de nosotros y, sin embargo, cuanto lo necesitamos… o… eso creía yo. Eso creía yo hasta que me he ido adentrando un poco más en la vida moderna, cosa la cual me está costando de sobremanera pues no sabía que estuviera yo tan anticuada. Conforme más me relaciono más compruebo la cantidad de duelos y despechos mal curados que se suceden sin parar en las vidas de mis coetáneos. De esta manera todos nos mantenemos heridos, asustados y dubitativos buscando la seguridad del manto protector de amores instantáneos, fáciles, rápidos y de corta duración lo que los convierte en superficiales y de rápida absorción. Como si el verdadero amor ya no nos importara, como si todo pudiera ser controlable y tuviéramos establecidas una serie de normas no escritas mediante las cuales hoy en día amar de verdad y con compromiso sólo sea cosa de unos cuantos anticuados ...