EL ROTONDAZO



Mientras pensaba que había mucho tráfico y que las rotondas en Güeskonsin son un punto negro, decidí acceder a la rotonda por el carril derecho pues tenía que coger la segunda salida y así me evitaría cambios de carril y peligros innecesarios, dejé la primera salida y cuando ya casi me veía a salvo a punto de enfilar mi desvío noté el golpe en mi lado izquierdo y con un gesto automático frené y pulsé las luces de emergencia.

Una vez detenida, en otro extraño gesto automático me coloqué el chaleco reflectante antes de salir del coche, a duras penas porque me habían destrozado la puerta del conductor. Cuando por fin puse los pies en el asfalto miré hacia el vehículo que me había golpeado y su conductora que ya estaba fuera del coche me increpó:

- Que horror! Últimamente no hacen más que darme golpes en el coche
- Perdona, me has golpeado tú a mí (contesté)
- Huy! Pero si ha sido culpa tuya, yo iba recta por mi carril para coger el primer desvío
- ¿recta por tu carril en una rotonda? ¿por tu carril interior, cambiando de dirección e invadiendo el carril exterior?
- Uufff, no quiero discutir, mejor llamamos a la policía

Tres cuartos de hora después, llegó la policía municipal que estaba muy ocupada y no tenía disponible la correspondiente unidad de atestados, así que amablemente nos escoltaron hasta el cuartel municipal donde nos comunicaron que tendríamos que esperar unas tres horas porque estaban atendiendo otro caso. Se nos presentó el agente al mando para explicarnos cómo se rellenaba el parte amistoso, mi compañera rotondera contestó:

- Pero mire usted señor agente, yo iba por la rotonda tranquilamente y ella se me puso en medio

El agente me preguntó:
- ¿iba usted por el carril interior?
- No señor, yo iba por el carril exterior para salir en el siguiente desvío cuando noté el golpe

Tanto el agente como yo, miramos a la rotondera con sonrisas apacibles para intentar hacerle entender amablemente que estaba errada, la pobre volvió a insistir:

- No, mire señor agente, he hecho estas fotos
- Señorita, disculpe, con estas fotos lo que demuestra es más claramente su culpabilidad. Si desea seguir por esta vía irá usted a juicio, todo se retrasará más y terminará pagando no sólo la reparación del vehículo si no la indemnización que cualquier persona un poco lista le pida por daños y perjuicios. Usted misma.

Intervine rauda:

- Venga mujer, invítame a un café en el bar de enfrente y firmamos los papeles, total para eso tenemos el seguro

Y así, conocí una persona nueva, reparé el golpe de la puerta y algún desperfecto más (aprovechando la ocasión) y mi “silver bullet” reluce como nunca.

A ver si el próximo rotondazo me lo da un morenazo de metro noventa, guapo, culto y forrado… total, por pedir…

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