Desde que conseguí hacerme con un grupillo de gente más o menos dispuesta a salir con asiduidad a la montaña, me paso las semanas estudiando mapas y buscando reseñas allá donde se me ofrezcan. Así, con la intención de ascender alguna cumbre de la Sierra de Guara que fuera accesible y corta, di con la Sierra de Arangol y sus Lacunas. Para llegar allí había que acceder a la ínfima localidad de Pedruel, escondida en la carretera entre Bierge y Rodellar. Tanto mi copiloto como yo somos de empanada fácil, así que aún habiendo elegido una hora temprana para salir de Huesca, la llegada a Pedruel se hizo larga, primero por mi olvido de las imprescindibles gafas de sol, luego por echarle alimento al “silver bullet” y, para rematar, ese típico desvío que no lees bien con la consecuencia de hacer buena kilometrada de más perdiendo esa media hora tonta que puede definir el éxito o fracaso de una excursión. Con el sol golpeándonos de lleno, iniciamos la ascensión por la ladera más orientada ...