¿EXCESO? DE AUTOESTIMA
He leído que el nivel óptimo de autoestima es el que se encuentra en el punto medio: ni mucho, ni poco sino todo lo contrario. Pero ¿un exceso de autoestima se puede considerar sólo como eso o puede que en realidad tenga otro componente exterior?.
Considero el conocimiento de las propias virtudes y deficiencias como una ventaja e incluso característica a favor de quien la posee. Sin embargo, noto que no es así en la mayoría de los humanitos, al contrario, ante una persona conocedora de sus posesiones personales suele ser común un alto de grado de frustración periférica que se traduce en envidias, malos comentarios, críticas y malos consejos.
Habría que saber diferenciar lo que en realidad es un exceso de autoestima (manera violenta y desagradable de defender los derechos inhibiendo los de los demás) y un ligero esbozo de vanidad sano (manera peculiar de reconocer las propias virtudes sin necesidad de ofender a otros).
De cualquier manera, es extremadamente común (a mi entender, claro) el sentimiento de ofensa para otros el apreciar ese toque sano de vanidad en aquellos que se han permitido el placer de conocerse a sí mismos y, sin ningún pudor, reconocer sus virtudes a viva voz. Tanto así que aún en nuestra sociedad supuestamente moderna sigue existiendo censura hacia aquellos que predican sus virtudes y más aún en el caso del sector femenino que todavía parecemos ser más merecedoras del halago externo que interno.
Se me ocurre que no estaría mal empezar a cambiar un tabú tan anticuado y, ante una persona que se reconoce en su belleza o virtud, dejar a un lado las propias deficiencias y aceptar sanamente a aquellos que se reconocen para aprender en lugar de criticar.
Queridos internautas, conocerse a uno mismo es bueno y no sólo la autocrítica dirigida a los defectos nos ayuda a mejorar, también el reconocimiento de las propias virtudes es sano, pese a quien le pese.
Considero el conocimiento de las propias virtudes y deficiencias como una ventaja e incluso característica a favor de quien la posee. Sin embargo, noto que no es así en la mayoría de los humanitos, al contrario, ante una persona conocedora de sus posesiones personales suele ser común un alto de grado de frustración periférica que se traduce en envidias, malos comentarios, críticas y malos consejos.
Habría que saber diferenciar lo que en realidad es un exceso de autoestima (manera violenta y desagradable de defender los derechos inhibiendo los de los demás) y un ligero esbozo de vanidad sano (manera peculiar de reconocer las propias virtudes sin necesidad de ofender a otros).
De cualquier manera, es extremadamente común (a mi entender, claro) el sentimiento de ofensa para otros el apreciar ese toque sano de vanidad en aquellos que se han permitido el placer de conocerse a sí mismos y, sin ningún pudor, reconocer sus virtudes a viva voz. Tanto así que aún en nuestra sociedad supuestamente moderna sigue existiendo censura hacia aquellos que predican sus virtudes y más aún en el caso del sector femenino que todavía parecemos ser más merecedoras del halago externo que interno.
Se me ocurre que no estaría mal empezar a cambiar un tabú tan anticuado y, ante una persona que se reconoce en su belleza o virtud, dejar a un lado las propias deficiencias y aceptar sanamente a aquellos que se reconocen para aprender en lugar de criticar.
Queridos internautas, conocerse a uno mismo es bueno y no sólo la autocrítica dirigida a los defectos nos ayuda a mejorar, también el reconocimiento de las propias virtudes es sano, pese a quien le pese.
Comentarios
Eso sí, otra cosa, es la autoestima, quererse mucho y saber lo que una vale tanto por dentro como por fuera.
Guapa!