THE DREAM IS OVER (Soñar no es gratis)


He leído por ahí que la bonanza española ha durado unos quince años. A mi entender: durante quince años hemos vivido en el sueño de que somos ricos, iguales y todos podemos acceder a todo sin considerar la realidad de las propias posibilidades.

Sin darnos cuenta y sin hacer cálculos reales, la clase media española se ha dedicado a sucumbir ante la ensoñación de posesiones y riquezas que en realidad no le correspondían. Quien más, quien menos; ha intentado de alguna manera entrar en ese círculo vicioso de pseudo-crecimiento ejerciendo lo que tan elocuentemente algunos han tachado de “consumo irresponsable”, pero, realmente, ¿quién tiene la culpa de todo esto?.

Considero que hay una buena parte de culpa social por no haber sido conscientes de una realidad que siempre se mantuvo latente. Ya he comentado alguna vez que resultaba muy evidente que un país no se podía mantener a base de inmovilizado e industria pública. El motor económico de un país no se puede centrar en una industria que únicamente genera bienes raíces y mucho menos se puede pretender que sea la industria pública la que pague los sueldos de aquellos que buscan un mínimo de seguridad laboral. Pensando así, las cuentas salen fáciles: con la ruptura de la burbuja inmobiliaria se dispara el paro y con la disminución aprobada de los sueldos del funcionariado continúa la caída irremisible del consumo. En pocas palabras: nos caemos del guindo y despertamos del sueño.

Pero tampoco es cuestión de que entonemos todos al unísono un “mea culpa” cuando la realidad es que ni todos somos economistas como para haber podido prever lo que iba a pasar, ni mucho menos nos podemos culpar por haber querido mejorar cuando nos prometían que era posible y que no nos preocupáramos.

Durante ocho de los quince años citados, estuvimos gobernados bajo un sistema que supuestamente nos arrojó a los brazos del progreso, del paro mínimo, del “bienestar social”. Todo un sueño, un auténtico sueño que nunca tuvo sustento real y que sólo ahora podemos valorar realmente.

Quizá ha llegado la hora de entender que soñar dejó de ser gratis el día que empezamos a hipotecar la mitad de nuestro sueldo y preguntarnos quién nos metió en esto y cómo nos lo va a pagar porque me temo que el sueño no sólo se ha acabado: se está convirtiendo en pesadilla.

Comentarios

Johannes A. von Horrach ha dicho que…
Me da la sensación de que en España viviremos la crisis deforma más dramática que en otros países, más que nada por eso que usted dice de la 'burbuja' en la que hemos querido vivir estos últimos 15 años. Casi sin darse cuenta nuestra sociedad se había metido en la dinámica mimética de ser ricos (o más ricos que nuestras generaciones precedentes) y estar a la altura de los grandes (la 'Champions League' decía nuestro Timonel). Se ha vivido al límite, por encima de las posibilidades, sin tener en cuenta cosas básicas como el ahorro y la austeridad. En fin, aspectos que una sociedad protestante tiene más en cuenta que una católica, y así nos va a España, Portugal o Italia. Y ahora, fruto de nuestro eterno victimismo infantilista, necesitamos culpar a los demás porque nadie nos avisó (¿no basta con uno mismo para darse cuenta de ciertas cosas?) de la realidad de nuestra situación. Papá Estado nos tenía que salvar y ahora, al no hacerlo, Papá Estado es Satán.
PENSADORA ha dicho que…
Ahí está Dr. H, ha dado usted en el clavo.

¿Recuerda un post que escribí sobre el sentido común?, ahí ya hablaba yo del asunto de la sobreprotección estatal.

Me dá a mí en la nariz que nuestro problema no es de gobierno: es de sistema. Nuestro sistema no se sostiene, hay que cambiarlo y todos los cambios resultan traumáticos. Cierto es que la pelota habría de estar más bien en nuestros propios tejados y no sólo en el del estado.

En fin... ideas tontas...

Un saludo Dr. H y encantada de tenerle por aquí.

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