NUNCA ES TARDE
He leído por ahí que estamos asistiendo a la era de la prolongación de la longevidad humana. Cada vez hay más centenarios en el mundo y, dicen, la cosa puede ir en aumento. No sólo avanzamos tecnológicamente sino también evolutivamente, la especie mejora biológicamente hablando y me parece a mí que esto tiene sus ventajas y sus inconvenientes.
De inconvenientes no quiero hablar, esos ya los comprobaré en carne propia cuando me toque. Lo interesante son las ventajas. Ser un treintañero hoy en día (crisis mediante) es como ser un veinteañero pero con casa y coche… ¡esto sí es una ventaja!.
A sabiendas de esto, ya no es raro aprender a nadar a los sesenta o tener hijos a los cuarenta. Ya no sólo por saber de nuestra longevidad, sino por el ánimo de superación, por impulsarnos a nosotros mismos hacia la mejora de nuestras vidas nos encontremos en la edad que nos encontremos.
No me gusta esa frase de: “ya no tengo edad para eso”, soy más de la pregunta: “¿lo has intentado?”. Porque realmente pienso que nunca es tarde, al menos, para probar.
Palabra de Pensadora.
Comentarios