Las Bahías de Montenegro
¿Quién me hubiera dicho a mí que un día entraría en una
Ermita en medio del mar? Te digo yo que nadie.
Pero ahí llegamos, después de un buen rato de autobús surcando curvas y
más curvas, recorriendo recodos marinos a las faldas de montañas que debieron ser
testigos de sangrientas batallas. Las
Iglesias de San Jorge y Nuestra Señora de las Rocas se encuentran en el centro
de la Bahía de Perast y están alzadas sobre un islote natural y otro fabricado
por los pescadores que antiguamente veneraron supremamente a la Virgen y yo se
lo agradezco porque aunque no sea yo muy religiosa, he de admitir y admito que
sendas construcciones resultan bellas y decorativas en este rincón adriático
que me hace suspirar por sus cumbres bañadas de mar.
Continuando por las faldas de estos montes que conceden
aspecto de fiordo al lugar, nos llegamos a Kotor. Una ciudad medieval prima hermana del
Dubrovnik que nos espera de regreso al atardecer de esos que una sólo se
encuentra en los viajes tranquilos. No
sabía yo que podría contemplar semejante escena cuando vengo de ver barcos que
surcan montes…
Comentarios
Salud!