NOS CRECEN LOS ENANOS
Parece ser que la cosa anda revuelta por este, nuestro sufrido planeta tierra. Los medios de comunicación nos recuerdan constantemente las terribles visicitudes que estamos sufriendo: unos directamente, otros indirectamente.
Con el calentamiento global el clima ha cambiado y se producen extraños fenómenos como lluvias torrenciales en lugares donde nunca las hay, huracanes, tornados…
Luego viene lo de los terremotos que se han puesto de moda como si el planeta nos quisiera recordar que está vivo, que arde por dentro y su ardor produce los movimientos que necesita para reacoplarse, llevándose por delante lo que haga falta… ¡que narices! Comparados con la inmensidad del planeta nosotros no somos más que un bicho más y como somos tantos, pues mira, terremoto más, terremoto menos.
Cómo no hablar del asunto de los volcanes, que el de mi queridísima Islandia la está liando buena, sí señor.
Para engordar el sufrimiento humano actual, sea reseñable lo de la crisis económica mundial, esa de la que supuestamente estamos saliendo (excepto España, por supuesto, siempre a la cola). Aquí me planto y rebobino.
Resulta que cada uno de los fenómenos que estamos sufriendo tienen una trascendencia más allá de la tragedia humana, porque, señoras y señores, también hay que hacer cuentas de las pérdidas económicas que sufrimos con cada población devastada, cada campo inundado, cada avión que no despega, cada hotel que no se llena y sumando sumando, nos encontramos con chorros de dinero que se pierde.
Montado ya el gran circo de la crisis mundial (que una ya no sabe si es económica, de valores o de recomposición planetaria) se me ocurre pensar que con las pérdidas sufridas a raíz del caos aeroportuario nos están empezando a crecer los enanos, la mujer barbuda ha sufrido un ataque hormonal y ahora es lampiña como el culo de un bebé y la carpa se nos ha caído con todo el personal dentro.
Ya no sé si pensar que en realidad son todo cosas que han pasado siempre y simplemente ahora estamos más informados o si realmente nos estamos enfrentando a un cataclismo terráqueo del cual difícilmente vamos a poder salir porque, queridos internautas, de todo lo que he nombrado sólo podríamos hacer frente (un poquito) al asunto del clima, pero el resto… el resto es incontrolable y ya sabemos lo mal que llevamos los humanitos el asunto de la incertidumbre.
Casi dan ganas de apagar el televisor para siempre, desconectar el Internet y mirar hacia otro lado al pasar por un kiosco para no comprar, ni hojear prensa. Es que la cosa ya casi da miedo.
Con el calentamiento global el clima ha cambiado y se producen extraños fenómenos como lluvias torrenciales en lugares donde nunca las hay, huracanes, tornados…
Luego viene lo de los terremotos que se han puesto de moda como si el planeta nos quisiera recordar que está vivo, que arde por dentro y su ardor produce los movimientos que necesita para reacoplarse, llevándose por delante lo que haga falta… ¡que narices! Comparados con la inmensidad del planeta nosotros no somos más que un bicho más y como somos tantos, pues mira, terremoto más, terremoto menos.
Cómo no hablar del asunto de los volcanes, que el de mi queridísima Islandia la está liando buena, sí señor.
Para engordar el sufrimiento humano actual, sea reseñable lo de la crisis económica mundial, esa de la que supuestamente estamos saliendo (excepto España, por supuesto, siempre a la cola). Aquí me planto y rebobino.
Resulta que cada uno de los fenómenos que estamos sufriendo tienen una trascendencia más allá de la tragedia humana, porque, señoras y señores, también hay que hacer cuentas de las pérdidas económicas que sufrimos con cada población devastada, cada campo inundado, cada avión que no despega, cada hotel que no se llena y sumando sumando, nos encontramos con chorros de dinero que se pierde.
Montado ya el gran circo de la crisis mundial (que una ya no sabe si es económica, de valores o de recomposición planetaria) se me ocurre pensar que con las pérdidas sufridas a raíz del caos aeroportuario nos están empezando a crecer los enanos, la mujer barbuda ha sufrido un ataque hormonal y ahora es lampiña como el culo de un bebé y la carpa se nos ha caído con todo el personal dentro.
Ya no sé si pensar que en realidad son todo cosas que han pasado siempre y simplemente ahora estamos más informados o si realmente nos estamos enfrentando a un cataclismo terráqueo del cual difícilmente vamos a poder salir porque, queridos internautas, de todo lo que he nombrado sólo podríamos hacer frente (un poquito) al asunto del clima, pero el resto… el resto es incontrolable y ya sabemos lo mal que llevamos los humanitos el asunto de la incertidumbre.
Casi dan ganas de apagar el televisor para siempre, desconectar el Internet y mirar hacia otro lado al pasar por un kiosco para no comprar, ni hojear prensa. Es que la cosa ya casi da miedo.
Comentarios
lo que opino es que siguramente estamos mucho más informados que antaños con lo cual ya todo hace noticia ....pero está claro que algo está cambiando: con que se mire para los adentros, uno ya nota cambios dentro de sí,...y yo voy lentamente pero inexorablemente preparándome y adaptándome.... por el resto no podemos hacer nada mas. cataclísmas siempre ha habido, y uno más gordo que el otro puede estar a punto de caer, vamos que que todo es efímero y transitorio, y esto nos lo recuerda constantemente nuestra madre naturaleza. pero tampoco voy a dejar que las noticias , telediarios , diarios, lo que sea, se apoderen de nuestra mente creándonos más y más pánico y miedo.
loque veo yo es que hay que tener compasión por y para todo, y si hemos de ser testigos de profecias mayas, nostradamicas o evangelicas, pues que así sea.
un besazo mi reina
con lo del volcán... que está provocando terribles pérdidas económicas (según los noticiarios)... pero vamos a ver... pérdidas... ¿para quién?... que yo sepa el dinero que no se mueve (gasta) en las compañías aéreas, no desaparece por arte de birlibirloque, digo yo que el sufrido consumidor, tendrá ese dinerito para gastarlo en otras cosas... (como por ejemplo, y en este caso, taxis y billetes de bus)... nos mienten, manipulan la verdad.
TITANIC: el dinero que pierden las compañías aéreas se divide de varias maneras: el que no ganan durante una semana sin funcionar, los gastos de aeropuerto que tienen que pagar sin darle uso, las reclamaciones de los clientes que no conocen el significado de "causa ajena a la voluntad"... pérdidas que se me ocurren sin conocer el sector así que imagínate los que saben de esto las cuentas que están haciendo.
En fin... "ver para creer"