Un guiño a la soledad
Es bien dicho aquello de que los humanitos siempre deseamos
lo que no tenemos y así, alguna vez, me asalta una extraña melancolía de
aquellos tiempos en que la soledad me abrumaba y tenía que ocuparme en
espantarla.
Espantar la soledad resultaba dulce, era como reencontrarse
con una misma un montón de veces. Era un
tener esperanza en algo, no sé el qué pero era como si siempre estuviera
esperando algo que unas veces llegaba y otras no.
Hoy en día no espero nada y a veces casi me aburro pero sólo
le hago guiños a aquellos tiempos pues tampoco son mejores, sólo eran
distintos.
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saludos!