Hay un dicho que reza: “La suerte de la fea, la bella la desea”.

Maldita combinación: inteligencia y belleza.

Parece ser que lo de ser bella, inteligente y además tener criterio, asusta. Provoca envidias y malos pensamientos.

Resulta curioso observar que son muchas las mujeres bellas que en el fondo son desgraciadas y esto se debe a muchos motivos.

El primero es que una mujer bella, en su infancia, no lo fue tanto pues se suele producir el efecto “patito feo”. La futura mujer bella, de pequeña, era más bien desgarbada, fina, y sus amiguitas y entorno infantil solían ser más bien rellenitas y pequeñitas lo que la convertían en un supuesto “patito feo” que tras la adolescencia se reveló en un auténtico cisne pues su finura resulta no ser otra cosa que una piel estupenda, acompañada de buena altura y figura que de desgarbada se convierte en esbelta. Este es el primer punto de inflexión para desarrollar una autoestima más bien baja.

Añadiremos también el ingrediente de la educación: “con lo guapa que eres, puedes hacer lo que quieras”, “con lo guapa que eres, puedes tener a quien quieras”, “no hagas caso, te tienen celos porque eres guapa”, etc., etc., etc.… Resulta que la belleza no lo es todo y cuando no se consiguen los objetivos marcados, la autoestima se continúa resintiendo.

En la parte emocional, la belleza se convierte en una auténtica maldición: la mujer bella tiene un especial imán para hombres vacíos y superficiales que mantienen su nivel de atracción por la bella en el escalón físico. Cuando un hombre así descubre que hay una persona con virtudes y defectos humanos dentro de esa carita angelical y ese cuerpo de pecado, o se asusta y huye, o se convierte en un celoso compulsivo encontrando peligro allá donde no lo hay, haciendo huir a la bella o intentando convertirla en lo que no es, incluso intentando vaciarla para mantenerle a su nivel. No digamos si en ese descubrimiento, además, se encuentran niveles altos de inteligencia, independencia y virtud. Entonces se siente amenazado y se produce una lucha de poderes de la que, usualmente, la perjudicada es la bella pues encuentra que todas sus virtudes son causa de rechazo. Otro bofetón para su autoestima.

Y así, la bella, termina sumida en una debacle de difícil solución. Con una autoestima a nivel de tierra piensa que no merece nada mejor. Se rinde a trabajos simples e inferiores a sus posibilidades, a hombres superficiales y amistades banales.

Amigos inernautas, un homenaje a las bellas inteligentes y profundas, que las hay y sufren.

Mujeres bellas: no reneguéis de vuestra belleza, sacadla a la luz. No reneguéis de vuestra inteligencia, utilizadla. Dejaos conocer y trabajad en el conocimiento de los demás. Convertid la belleza en vuestro mejor aliado, no de manera superficial y física, utilizad la inteligencia para ello.

Comentarios

El Pez Martillo ha dicho que…
Escribí algo sobre el asunto hace tiempo:

http://mirrall.blogspot.com/2006/11/el-sndrome-de-la-guapa-lista.html
Werewolfie ha dicho que…
La combinación de superpoderes deja en desventaja a esos pobres villanos y sus ansias de dominación mundial; qué menos que darles un poco de ventaja, haciéndose una la tontina y pasando por la esteticién cuando los pelillos del mostacho están tan tiesos que pueden pinchar olivas. Luego van y piden la prórroga...

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