Jo, mi madre.


Anoche, sumida en una profunda relajación contemplativa del aparato audiovisual, no pude evitar engancharme (una vez más) a la serie “Cuéntame”.

Y en esta contemplación, de repente, supongo que embriagada por la calidez del sofá, la calefacción, la mantita y el ronroneo de mi gata, se produjo en mí una súper explosión de amor materno.

¡Mi madre!... esa mujer, ese mujerón.

Supongo que Merche (el personaje de la madre de la familia Alcantara), con su melena rubia, sus ojos azulones y su manera de amar a toda su familia me recordó a mi Madre (con mayúscula, que se lo merece).

Mi Madre es un predazo de hembra de metro ochenta (heredado por mí) cuyos brazos cálidos extienden su amor de una manera ilimitada. Es que esta mujer, no se conformó con parirme una vez, sino que lo hizo dos. Por esto le dedico esta entrada, por parirme dos veces, por apoyarme, levantarme, ayudarme, quererme. Porque la quiero, la ayudo, la levantaré y le apoyaré cuando me necesite.

En el capítulo de anoche, Merche se entera de que su hijo pequeño tiene novia y de que su hija mayor se ha separado del marido. Como una auténtica gallina caponata, esta mujer abre sus alas y apoya a su hijo además de llorar por su hija.

Los gestos y las palabras del personaje de la serie me trajeron rápidamente la imagen de mi madre abrazándome, durmiendo en la asquerosa silla del hospital para no dejarme sola, madrugando todos los días para acompañarme a Zaragoza. Me recordaron a mi Madre levantándome del suelo del aeropuerto de Maiquetía del que no quería despegarme. Mi Madre comprándome chocolate para animarme porque “fulanito” no me quiere. Mi Madre escribiéndome notitas de “¡lucha, coño!”. Mi Madre tiñéndome el pelo mientras yo en pleno ataque de ansiedad no podía estarme quieta. Mi Madre esperando paciente con una infusión calentita a que yo saliera de mi habitación después de pasarme horas encerrada llorando por mi pelo que había empezado a caerse. Mi Madre poniendo al hospital en pié porque a mí me duele el pecho. Mi madre comprándome pantalones nuevos porque esa tarde estaba triste ya que extrañaba a mis amiguitas de Caracas. Mi Madre cogiendo a sus hijos y marchando a un país extraño, viviendo lejos de los suyos por apoyar a mi padre.

¡Jo, mi Madre!

Amigos internautas, vaya aquí nuestro homenaje a esas mujeres de las que cada vez quedarán menos.

Comentarios

El Pez Martillo ha dicho que…
Cuando le o estas cosas no puedo evitar preguntarme si haríamos nosotros lo mismo, o si queda aún gente capaz de hacer estas cosas (porque, sinceramente, no lo parece)
PENSADORA ha dicho que…
Estas en lo cierto, queda poca gente capaz de semejantes sacrificios.
Los tiempos que vivimos...
El Pez Martillo ha dicho que…
O los tiempos que vivieron ellos...
Psicologo em fortaleza ha dicho que…
hola amigos este blog es muy buerno gracias guia de estambul

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