LARGA VIDA A MATEO (Y a Manare, Daniela, Laura, Elena, Albert, Unai, Adriel, Azarel, Moisés…)
Estaba yo pensado sobre el reciente nacimiento del sobrino de uno de mis mejores amigos y en mis pensamientos he decidido brindar esta noche por él mientras estemos disfrutando del Festival del Castillo de Aínsa, entonces se me ha ocurrido una de esas enseñanzas felices de las que hablaba en mi entrada titulada “Inocencia”.
Me he imaginado a mí misma brindando por él con la típica frase “Larga vida a…” y acto seguido me he acordado de esos típicos comentarios que hace la gente sobre los bebés y los embarazos. He pensado en esa gente pesimista que lo ve todo negro y cree que traer nuevas vidas al mundo es un acto estúpido o innecesario. Pensando estas cosas y las cosas malas que me han pasado a mí, he sopesado si ha valido la pena vivir hasta ahora y entonces he decidido cambiar el motivo de mi brindis y así, esta noche le regalaré a él, a mis sobrinas, a los hijos e hijas de todos mis amigos y amigas y a mis futuros hijos (si algún día los tengo) mi deseo de QUE TENGAN UNA VIDA, COMO MÍNIMO, TAN FELIZ COMO LA MÍA.
Me he imaginado a mí misma brindando por él con la típica frase “Larga vida a…” y acto seguido me he acordado de esos típicos comentarios que hace la gente sobre los bebés y los embarazos. He pensado en esa gente pesimista que lo ve todo negro y cree que traer nuevas vidas al mundo es un acto estúpido o innecesario. Pensando estas cosas y las cosas malas que me han pasado a mí, he sopesado si ha valido la pena vivir hasta ahora y entonces he decidido cambiar el motivo de mi brindis y así, esta noche le regalaré a él, a mis sobrinas, a los hijos e hijas de todos mis amigos y amigas y a mis futuros hijos (si algún día los tengo) mi deseo de QUE TENGAN UNA VIDA, COMO MÍNIMO, TAN FELIZ COMO LA MÍA.
Porque a pesar de todo, incluso tras los peores momentos, si la vivimos con amor, la vida nos regala momentos felices. Porque nuestro futuro está en ellos, en los niños que nos suceden y se merecen ver que sus antecesores estamos seguros de que sólo por estar vivos y ser personas (aunque muy pequeñitas) se merecen felicidad.
Hoy no quiero oír a nadie decir de Mateo: “pobre, a vaya mundo le han traído” porque nuestra responsabilidad es entregarle el mundo tal como lo deseamos para nosotros mismos y si nos queremos lo suficiente, para él, será un mundo maravilloso.
Palabra de pensadora.
Comentarios
Lo dicho, caa vez menos Jevi. Si es que hasta el rock and roll ha perdido parte de su pureza.
Besazos guapísima
me has alegrado la tarde
un beso
Besos.
Salud y orujo a repartir!
Chin, chin! yo también brindo por tu sobrinito!