Según tengo entendido, la asertividad es una técnica de comunicación mediante la cual un sujeto es capaz de defender sus derechos sin perjuicio del interlocutor. Ser asertivo o comunicarse de una manera asertiva significa saber situarse en el punto medio: ni agresivo, ni pasivo sino todo lo contrario. Según reza nuestra sin par wikipedia: “Es una forma de expresión consciente, congruente, clara, directa y equilibrada, cuya finalidad es comunicar nuestras ideas y sentimientos o defender nuestros legítimos derechos sin la intención de herir o perjudicar, actuando desde un estado interior de autoconfianza, en lugar de la emocionalidad limitante típica de la ansiedad, la culpa o la rabia.” La ventaja de la asertividad radica en defender los propios derechos de una manera tal que aunque no consigamos el objetivo principal, nos quedemos con la idea o sensación de haber actuado en propio beneficio sin perjudicar al contrario. Cosa de autoestima. La gran desventaja de la asertividad es que n
Caminaba por la calle un día al mediodía, pensando en lo extrañamente cálido que resultaba ese momento pues después de meses, era el primer día que no soplaba el más mínimo viento y además no llovía ni nevaba. Entonces percibí un sonido familiar (ese que hacen las alas de las aves en movimiento) cosa que me hizo levantar la vista al cielo y recorrerlo expectante. En pocos segundos que me parecieron casi horas, por fin sonó ese característico bramar de las grullas que al poco se dejaron ver al aparecerse, en su clásica formación de “v” destartalada, tras un edificio alto que me tapaba un trocito de cielo. Valdabra y La Sotonera se tiñen de negro un año más para hacer de hotel a estas aves que este año, como hacía mucho tiempo, recibo encantada al saber que con su corta visita se me anuncia la llegada de días más cálidos.
Tenemos tendencia a utilizar frases como el “yo no me merezco esto” para referirnos a sucesos que no deseamos, que no queremos ocurran y el “yo me merezco” para referirnos a aquello que queremos ocurra o deseamos poseer. El merecer algo supone darle un grado superior a cosas que pueden no depender de nosotros, aportando un toque de irracionalidad a la solución de un pensamiento, sentimiento o emoción. Una vez me explicaron que la forma en que verbalizamos nuestros deseos puede influir tanto positiva como negativamente en nuestro estado de ánimo. Así, cuando pensamos y decimos que merecemos algo, le estamos agregando un componente mágico a un deseo. Mientras que, si ese “merecer” lo convertimos en “querer”, nos damos a nosotros mismos la posibilidad de convertir en realidad el deseo. Pensar en merecer algo nos quita poder, mientras querer nos lo aporta. Cuando algo malo ocurre, es mejor pensar que no queríamos que ocurriera y cuando deseamos algo, es mejor pensar en la manera de consegu
Comentarios
Y cuántas cosas por dentro, joé...
Besicos!