¿Estamos todos locos, o qué?

Como siempre, cuando una se encuentra en un momento de crisis, motivada por lo que sea, se aventura al estudio de su propio comportamiento y por tanto del mundo que le rodea.

Esto lo llevo yo haciendo un buen tiempo pues después de sobrevivir a un cáncer, un mioma uterino, una neumonía, una separación y un despido (todo en el mismo año) he tenido crisis para rato.

Casi cinco años de vaivén emocional me traen aquí, a crear un blog. Cosa que por lo visto está muy de moda y es todo un mundo que me resulta gracioso a la vez que más que interesante como campo de estudio.

No soy psicóloga, ni filósofa, ni he estudiado ninguna humanidad. Vamos, es que no he estudiado nunca, más que una simple formación profesional pues la situación económica de mi hogar en aquel momento requería de mi trabajo y el de mis hermanos para superar el mes de toda la familia, “la unión hace la fuerza” y aunque esos tiempos pasaron, me gustó el mundo empresarial y decidí quedarme por aquí haciendo un dinerito que nunca he ahorrado.

Antes he hablado de los blogs como campo de estudio, pero os diré, queridos internautas, que mi campo de estudio también alarga sus garras a los bares, al trabajo, clubes deportivos, revistas, libros e incluso música…

Y así, llega mi primera reflexión para quien le pueda interesar….

Repito: ¿estamos todos locos o qué?

Es difícil mantenerse sereno en el mundo en que vivimos, de esto no cabe duda, vivimos continuamente presionados: familia, trabajo, hipoteca, amigos, vida social general… todos queremos mantenernos al mismo nivel que nuestro entorno y para eso nos vemos obligados a trabajar en puestos que no deseamos y al salir del trabajo a buscarnos alicientes para no caer en una monotonía que nos absorbería, así que nos dedicamos tan poco tiempo a nosotros mismos y nuestro interior, que cuando tenemos un momento de soledad nos sentimos perdidos.

Como vivimos en el mundo “desarrollado” (esto del desarrollo ya lo “desarrollaremos” mejor), tenemos todas nuestras necesidades básicas cubiertas, vivimos en casas calientes, tenemos medios de transporte a la carta, nos vestimos incluso a la moda por precios supuestamente asequibles, tenemos bibliotecas llenas de información a nuestra disposición, y cuando nuestro sueldo no llega o somos despedidos, estamos cubiertos por el estado (no os sorprendáis, son pocos los países que tienen un sistema de seguridad social como el nuestro ¡bendito INEM!).

Así pues, nuestras mayores preocupaciones son: tener un puesto de trabajo mejor, o simplemente ganar más dinero, para tener una casa más caliente, un vestido más bonito, o un coche más potente y seguro. Como no pasamos hambre, como no pasamos frío, como no pasamos penurias… nuestro cerebro se encuentra a la merced del pensamiento y las emociones y resulta la mar de fácil rendirse a la locura.
Las conversaciones, las canciones, las revistas, los libros, las noticias de la tele… cada vez hablan más de problemas emocionales de todo tipo: astenia primaveral, astenia otoñal, crisis de pánico, crisis de ansiedad, depresión post-vacacional, depresión pre-vacacional… y yo no puedo dejar de preguntarme si no va a resultar que estamos viviendo una auténtica crisis de valores que mi abuelo ya predijo años antes de morir.

Mi hipótesis es que vivimos en una generación que se podría llamar “de paso”, es decir, nuestro cerebro no está evolucionado para soportar la carga que le imponemos y por tanto enferma… estamos en pleno salto evolutivo. Algún filósofo o erudito de los de hoy ha escrito algo a este respecto, aunque ahora no recuerdo su nombre.

Mi generación sufre esta crisis de valores pues no está preparada para el mundo en el que vive: hemos sido educados para ser miembros de familia y la familia tal como la conocemos tiende a su extinción… ahora lo que se lleva es tener hijos sin padres, madres sin hijos, vivir solos y autónomos. Que no digo que esté mal, lo que digo es que no estamos preparados para ello. Soy optimista y pienso que nuestros hijos sí estarán preparados.

En este blog, pretendo resumir mis andaduras por este “camino evolutivo” y de esta manera minimizar los daños colaterales causados por las “piedras” que nos encontremos en él.

Saludos amigos internautas y bienvenidos a mi mundo que ya era el vuestro.

Comentarios

El Pez Martillo ha dicho que…
No creo que seamos una generación de paso. Bueno, sí que lo somos, pero me parece que de ahora en adelante todas lo van a ser. Los cambios son tan rápidos que no podemos adaptarnos mentalmente a ellos, y así nos va, todo el mundo desquiciado. Dicen que un hombre que ahora tenga 80 años ha visto más cambios que toda la humanidad anterior junta, así que ya me dirás...

Y eso de la crisis de valores hace unos doscientos años que se viene comentando.

Saludos y ánimo con lo de la salida de la crisis (no sé si con el pensamiento se sale, pero al menos se aprende muchísimo).
PENSADORA ha dicho que…
Hombre! "Martillofish" que alegría verte por estos lares.
Cuando hablo de "generación de paso" me refiero más bien a una especie de eslabón evolutivo. Me explico, la hipótesis, que por cierto queo que es de Punset dice que esta generación, a diferencia de nuestros padres, no necesitamos casi de nada, nuestras necesidades están cubiertas. Así que a diferencia de otras generaciones que tenían que buscarse el pan a costa de cualquier cosa, sólo nos tenemos que ocupar de la vida alegre así que tendemos a caer con facilidad en los malos pensamientos o pensamientos irracionales, tenemos mayor facilidad para que nuestro cerebro enferme. Se supone que detrás de la nuestra vendrán generaciones que ya estén adaptadas a esta forma de vida y por lo tanto no tengan tantos problemas "cerebrales"... ya tendrán otros ya!
Te mando un guiño de ojo izquierdo.
Psicologo em fortaleza ha dicho que…
hola amigos este blog es muy buerno gracias guia de estambul

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