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Mostrando entradas de noviembre, 2010

SUBCONSCIENTEMENTE

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Se me ha ocurrido pensar en esa parte del subconsciente que, en lo que a la búsqueda de pareja se refiere, nos hace errar. En una sociedad tan convulsa como la nuestra, en la que tan apenas se mantienen parejas en pie y muchas que lo hacen están “por estar”: ¿qué errores cometemos sin darnos cuenta?. En primer lugar se me ocurre que viendo a nuestro alrededor semejante cantidad de rupturas, sufrimientos, frivolidad… nos asustamos e intentamos poner todos los medios para evitar que una catástrofe sentimental nos alcance y que si lo hace sea con el menor impacto posible. Así, subconscientemente, desarrollamos armas que nos defiendan de un posible ataque exterior de compromiso pues cuanto más comprometidos estemos más daño podemos sufrir. Subconscientemente, muchos tendemos a elegir incorrectamente, a buscar parejas complicadas o demasiado simples de manera que nuestro compromiso sea el justo y así prever posibles sufrimientos. Subconscientemente, tendemos a entregarnos con más facilidad

SAN MARTIN DE LA BAL D’ONSERA

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La sierra de Guara esconde rincones encantadores, plagados de bellezas naturales y, a veces, decorados con los vestigios de construcciones antiguas que aportan ese toque mágico a según que parajes. Así ocurre con la ermita de San Martín sita en el barranco de la Bal d’onsera. Un hermoso paraje que, como no podía ser de otra manera, esconde alguna leyenda. Se dice que el Rey Pedro IV se acercó al lugar para pedir por la fertilidad de su tercera esposa: Leonor, que inmediatamente quedó preñada. Siguiendo su ejemplo, D. Alfonso Felipe de Gurrea y Aragón (Conde de Ribagorza), junto a su esposa: Ana de Sarmiento, realizaron todo el camino a pie y descalzos, para pedir un hijo varón que nacería un año después de la hazaña. Ninguno de estos señores se encontró por allí al Gigante de Guara que, según cuentan las trazas de leyenda que quedan por ahí, habitaba en la zona acompañado de un gran oso, último en su especie de los muchos que en la antigüedad plagaban la zona. Lo cierto es que el lugar

OCIO SINGLE

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¡Que casualidad!, vuelvo a escribir sobre la soltería y al poco me veo en las noticias un reportaje sobre los “singles” y los efectos de la crisis sobre las empresas que habían emergido a su alrededor. Me hizo gracia. Hablaban de los solteros como un mercado que, lamentablemente, se había estancado con lo de la crisis. Pero nos ponían como un nuevo sector social y en consecuencia económico, cada vez más amplio. Se me quedó la cifra: dos de cada diez españoles somos solteros. Me pregunto si en el cómputo habrán tenido en cuenta edades y eso, porque si restamos a los menores de edad, a los adolescentes y a los jubilados, igual somos la mitad de la población activa. Tras la visualización del reportaje en cuestión, me puse manos a la obra e investigué sobre ese “mercado” del que hablaban. Resulta que existen una buena cantidad de páginas web dedicadas a la organización de actividades y viajes para singles. Te proponen desde fines de semana en balnearios, cruceros, trekkings por África o As

MANTRA

Words are flying out like endless rain into a paper cup They slither while they pass They slip away across the universe Pools of sorrow waves of joy are drifting thorough my open mind Possessing and caressing me Jai guru deva om Nothing's gonna change my world Nothing's gonna change my world Nothing's gonna change my world Nothing's gonna change my world Images of broken light which dance before me like a million eyes That call me on and on across the universe Thoughts meander like a restless wind inside a letter box they tumble blindly as they make their way across the universe Jai guru deva om Nothing's gonna change my world Nothing's gonna change my world Nothing's gonna change my world Nothing's gonna change my world Sounds of laughter shades of earth are ringing through my open views inciting and inviting me Limitless undying love which shines around me like a million suns It calls me on and on across the universe Jai guru deva om Nothing's gonn

ARANMANOTH

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Para celebrar el bien merecido premio Cervantes de Ana María Matute, he revisado mi reducida biblioteca. Tenía en el recuerdo haber leído algo suyo, pero no recordaba el qué. Menos mal que un día se me ocurrió situar mis libros en la estantería por orden alfabético y no cronológico (según la fecha en que los terminaba, ahí los plantaba y punto). Así se me ha hecho la mar de fácil encontrar esta "pequeña gran obra" de nuestra nueva y flamante Cervantes. Sólo me ha dado tiempo de leer el primer capítulo y, como supongo me ocurrió la primera vez, ya he ralentizado mi ritmo de lectura pues con pocas páginas, me han entrado las ganas de que no se acabe nunca. Recomiendo su lectura y me hago la promesa de reactivar mi perdida sana costumbre de comprarme algún libro, para dejar descansar la biblioteca municipal.

UN PASEO POR LAS LEYENDAS DE RIGLOS

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Las magníficas formaciones de Los Mallos de Riglos despiertan la admiración de cualquiera. Y esta pensadora no es menos. Varias leyendas existen sobre el lugar. Una de ellas habla de la hazaña de Pedro “el saltamontes”, quien apostó con la gente del pueblo que sería capaz de saltar desde el Mallo Pisón (el más alto de todos), sin sufrir daño alguno. Su única condición fue que la gente se mantuviera alejada de la zona del salto y así, cuando saltó, huyó con su mujer y el dinero de la apuesta. Nunca más se supo de él. La Virgen de los Mallos tiene fama de esquiva pues, cuando los habitantes del pueblo de Riglos encontraron una talla de madera que la representaba, quisieron alzarle un templo que le albergara. Así lo hicieron pero cada vez que intentaban colocar la talla en su altar, ésta desaparecía para volver a su cueva en los Mallos. Finalmente, tuvieron que sacar también su nicho de piedra y colocarlo en la iglesia. De esta manera, la Virgen nunca se volvió a escapar. Por la zona habi

¡ACHÚS!

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Ya sé que una gripe o un resfriado para estas fechas es algo común, pero cómo fastidia. La pantalla del ordenador hace chirivitas, da igual ponerte cinco jerseys: te pasas todo el día temblando, el consumo de pañuelos de papel aumenta y la nariz se te pone como un pimiento del piquillo: roja y picante. ¡QUIERO VOLVER AL CARIBE!

LOS PORMENORES DE LA SOLTERÍA II

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Recuerdo cuando abrí este, nuestro blog. Aquel año estaba inspiradísima y la mayor fuente de inspiración era el asunto de la soltería, aquello de lo bien que se está sola cuando una se encuentra bien consigo misma y lo demás es accesorio. Hablaba mucho del asunto con mucha gente y todos llegábamos a la misma conclusión: soledad sí, pero elegida. Cuando la soledad, en lo que a la ausencia de pareja se refiere, no es elegida, cuesta mucho adaptarse. Normal, ¿a quién le satisface una situación impuesta?. Yo creo que a nadie le gusta esta situación y son muchas las maneras de afrontarla pero lo único que pone las cosas en su lugar es el tiempo. Han pasado ya casi tres años desde que empecé a darle vueltas al asunto y a escribir sobre ello (aunque últimamente no sea mi tema más recurrente). Desde entonces he visto y vivido más, unas veces sola, otras acompañada. Y nada cambia tanto como parece. La soltería sigue siendo lo que es. Una situación, nada más. No es un defecto, no es un problema

DEMASIADO PRONTO PARA ANOCHECER

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Lo que menos me gusta del otoño son sus anocheceres, que no sus amaneceres ni atardeceres llenos de esa luz misteriosa, como envejecida, color fucsia y lila para el cielo, vainilla para el paisaje. A las cinco y media de la tarde cae la luz y la ciudad se ensombrece y enfría. Como amenazando con el frío que nos espera a la vuelta de la esquina, como queriendo dejar claro que aunque ya encendamos la calefacción, dentro de poco será peor. Empieza la decadencia, ya no apetece nada y hay que sacar toda la voluntad para algo. Anochece demasiado pronto y sin sol, la vida se ralentiza.

SIN PALABRAS...

Empanada me he quedado, oigan...

EL PIROPO

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Esperaba paciente en un paso de cebra a que el semaforillo peatonal me diera luz verde, cuando ví pasar, por la acera de enfrente, una llamativa hembra con sus pitillos y sus tacones de quince centímetros de los chinos. En ese mismo momento escuché un silbido y, extrañada, busqué en derredor el origen de semejante sonido. A mi izquierda, en la otra esquina, trabajaba un obrero en la pintura de otro paso de cebra que, ni corto ni perezoso, había detenido su labor para contemplar la maravilla de aquella mujer sin dejar de silbar, sesear y mirar de arriba abajo en una estampa que hacía tiempo no había visto yo darse. Y es que la crisis está afectando incluso a esto. Como ya casi no hay obras, ya casi no hay obreros en la calle. ¡Con el bien común que realizaban levantando el ánimo a las damas!. Y con lo emocionante que resultaba tensar los musculitos al pasar por una obra sabiendo que de un momento a otro te iba a caer un piropo de esos que sonrojan y hacen dar respingos. Me ha alegrado l

OTOÑO EN LA SIERRA

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Lo mejor del otoño son sus colores, sobre todo en la montaña donde los bosques se engalanan y sacan sus mejores y más coloridas prendas antes de retraerse para soportar los fríos del invierno. Quise visitar mi Pirineo, para pedirle perdón por mi infidelidad con Dolomitas, pero sigue enfadado y se niega a recibirme soltándome sus ventoleras y lloviznas típicas de este tiempo. Así que hube de quedarme cerca de la ciudad y en tan apenas veinte minutos me situé a los pies de la Sierra del Gratal para acometer la corta ascensión al pico Peiro, ese que últimamente se me había resistido más por mis momentos de empanada que por su misma predisposición a recibirme. En tan apenas una hora pude contemplar los colores otoñales de la sierra que, si bien no son tan explosivos como en el pirineo, me dejaron desvariar sobre la capacidad de la naturaleza para adaptar sus habitantes dependiendo de por donde les dé el sol: norte o sur. Así, se encuentra una un pequeño bosque de hayas con sus granates al

INTORNO ALLA BELLA ITALIA III: Por fin, Venecia

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Como a cualquiera, me ilusiona poder conocer esas ciudades tan famosas como París, Nueva York, Roma… Venecia. Al saber que mi ilusión se iba a hacer realidad, pensé que una vez allí quizá me decepcionaría, pues suele pasar que cuando tienes expectativas sobre algo, éstas se quedan cortas o largas. Ni una cosa ni otra. Lo mío con Venecia fue más bien una sorpresa. Es exactamente como una se la imagina: pequeña, curiosa, romántica. Para mí fue como estar dentro de un programa de viajeros de la tele. Vi las cosas tal y como la televisión, el cine, las revistas te las enseñan, pero con un añadido sorprendente: El silencio. Sí, lo que más me impresionó de Venecia fue la carencia de decibelios. La ausencia de tráfico terrestre le otorga ese beneficio y la gente lo agradecemos pues el tono de voz se disminuye considerablemente y, aunque te encuentres rodeada de cientos de turistas en todo el centro de la Plaza de San Marco, sólo escuchas un ligero murmullo. Esto permite contemplar las

CAMBIESE EL APELLIDO Y SE LLAMARA DE OTRA FORMA

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Me encanta lo de la noticia estrella de hoy: “Una reforma legal termina con la prevalencia del apellido del padre” . Aparece esto en “El País”, todos los noticiarios se hacen eco y empiezan los debatitos. Hace un rato he visto a la Sra. Rudy tachando esta iniciativa de cortina de humo y recordando que, a partir de la mayoría de edad, todos podemos cambiarnos los nombres. Y digo yo ¿qué importancia real tiene todo esto?. Países más desarrollados que el nuestro (cosa no difícil, por cierto) ponen incluso el apellido del marido a la mujer y así se queda ella tan tranquila. ¿Acaso nuestro nombre se ha de convertir en una seña de identidad? ¿Nos hace más personas llamarnos X o A?. Resulta que si tu apellido empieza por A y no estableces lo contrario, tu hijo llevará primero tu apellido. Sí, sí. La reforma establecería que los padres deciden el orden de los apellidos y si no están de acuerdo se organizarán por orden alfabético. (¡Que suerte tengo, mi apellido empieza por A!). Total que con

INTORNO ALLA BELLA ITALIA II: Aquí quiero volver

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Me desperté adormecida por el madrugón y las cantidades indecentes de carbohidratos consumidas. Sin embargo, algo me agitaba el corazón. Las montañas Dolomitas me esperaban y, como cualquiera que le va a ser infiel a su gran amor con premeditación y alevosía, el cuerpo me decía que sí pero sin olvidar que en casa seguía mi Pirineo fiel. Allí llegué tras abandonar a Lolindir durante mis variadas siestas, mientras el pobre conducía el mínimo automóvil que nos habían prestado sus progenitores para la ocasión. Como era de esperar, me encandilé con las formaciones calizas como recortadas a machetazos del cielo, imponentes y desafiantes… Tras un corto paseo, probé alguna delicia de la tierra para comer (eso que no falte) y con mi compañero de fatigas nos internamos algo más en el norte para “echarle un vistazo” al Lago di Garda que se me antojó demasiado grande para ser sólo un lago… Como las fuerzas aún nos dieron cancha, aprovechamos para hacer una pequeña parada en Verona. Una pena que