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Mostrando entradas de febrero, 2010

UN CUENTO CON O SIN MORALEJA

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Caminaba Pensadorita por las callecitas de su Güeskonsin natal pensando en la futura primavera y el día tan hermoso que hacía, cuando de repente, observó sonriente cómo un antiguo compañero de escuela se acercaba hacia ella para saludarle pidiéndole a la vez un cigarrillo. Pensadorita sacó el elemento fumestible de su bolso y se lo entregó al muchacho quien agradecido le ofreció un huevo de la bolsa de compra que cargaba. Sonriendo como siempre, Pensadorita comentó graciosa: - Con semejante trueque, en los tiempos que corren, salgo ganando yo. El muchacho contestó: - Depende de cómo te salga el huevo. Entonces, la sonrisa de Pensadorita se convirtió en una sonora carcajada mientras se alejaba rumbo a su lugar de trabajo.

EL MUNDO EN TECHNICOLOR

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“Jo, Pens: yo veo las cosas blancas o negras y tú ves el mundo en colores”. Aquellas palabras de un buen amigo me hicieron quererme un poco más (si cabe) porque, sí, a mí me gusta ver el mundo en colores. En psicología, hay una figura que se llama “pensamiento dicotómico”, esto es: ver las cosas en blanco y negro, solamente en sus extremos. El pensamiento dicotómico es un arma de defensa humana. Cuando no creemos o entendemos nuestro propio potencial, resulta más fácil buscar los extremos para evadir el resto de posibilidades que, en realidad, nos ofrece la vida. Tener la capacidad o, más bien, la valentía de abrir bien los ojos y observar la amalgama de colores que realmente hay en la vida no es fácil. Es muy difícil e incluso agobiante. Pero lo cierto es que el mundo es mucho más bonito en su esplendor, con sus colores, con su realidad. Ya he hablado y, posiblemente, seguiré hablando sobre el miedo. El miedo es ese enemigo que tenemos todos oculto dentro y es quien en más de una

DIAS DE SOL Y NUBES

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Si la luna afecta a las mareas e incluso a los partos: ¿cómo podemos negar que formamos parte de un todo mucho más grande que el ínfimo planeta que habitamos?. Se dice que en los lugares donde hace mucho viento hay mayores tasas de suicidios y enfermedades mentales varias. También se dice que los cambios de estación e incluso las situaciones meteorológicas afectan nuestro comportamiento. A veces olvidamos que nuestra situación de humanitos sólo significa ser uno más de los seres vivos que pueblan el universo. Sí, “universo”, porque no seré yo quien ponga en duda la posibilidad de no estar solos en un espacio infinito. Pensando esto y recordando unos años atrás una noticia que hablaba de los problemas reproductivos que estaban sufriendo muchos de los animales de la península por el aumento de las temperaturas, me pregunto: si no dejamos de ser un “bichillo” más, a lo mejor los extraños comportamientos que vengo observando últimamente no están lejos de ser la consecuencia de la extrañ

VILLA-ARRIBA Y VILLA-ABAJO

Hay muchos cuentos, chistes, dichos, frases hechas, etc sobre la eterna rivalidad entre pueblos, ciudades o países fronterizos. Aquí en Güeskonsin tenemos especial aprecio a nuestros vecinos de Zaragoza. Son varios los motivos pero el primero es el asunto de la centralización de recursos. Todo se ubica en la capital “del reino” mientras los provincianitos Oscenses y Turolenses nos quedamos en la cola para todo. Pero bueno, bien, se perdona porque como compensación tenemos el Pirineo, la Longaniza de Graus o la Trenza de Almudevar y en Teruel tienen los Puertos de Beceite o el jamón, por poner algún ejemplo. Lo divertido del asunto viene en el trato popular. En cómo hablamos en Huesca sobre los de Zaragoza y viceversa. Los de Zaragoza tienen a bien llamarnos Fatos, eso significa como llamarnos “los del pueblo” o “los tontos”. Sin embargo, en Huesca, les tenemos reservados a los zaragozanos un par de motes algo más retorcidos, a saber: 1º) Cheposos: por su gesto de frío al pasar po

"MALMETIENDO SE APRENDE"

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Malmeter significa, en pocas palabras: meter la pata, hacer algo mal o no tan bien como podríamos o quisiéramos. En mi trabajo diario utilizo muchas técnicas de mejora de procesos empresariales. Es decir, me encargo de medir nuestro trabajo para localizar desviaciones y ponerles solución. Todas estas técnicas son perfectamente extrapolables a la vida diaria, cotidiana o privada de un individuo. Los humanos, afortunadamente, somos imperfectos y de allí que quien más, quien menos meta la pata alguna vez en su vida. La toma de decisiones es un proceso más de nuestras vidas, tomamos decisiones continuamente, todos los días, desde que por la mañana decidimos lavarnos los dientes o ducharnos, o, simplemente, levantarnos de la cama: todo son decisiones que vamos tomando. Todo es relativo: puedo levantarme de la cama… o no, puedo lavarme los dientes… o no. La cuestión es entender que todo lo que hacemos, por lo tanto, todas las decisiones que tomamos, tienen una consecuencia (acción / rea

MADRID Y MIS BOTAS COLORADAS

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A veces son los pequeños viajes los que más nos llenan de esa sensación de haber tirado los problemas por la ventana del tren. Más cuando no hay intencionalidad, simplemente ocurre. No es de mi gusto la ciudad de Madrid, pero no sé qué manía tan extraña ha cogido este lugar de regresarme a casa con nuevos aires. Será lo del anonimato tan falto en Huesketa city o será que despierta en mí los recuerdos de mi época urbanita allá en mi adorada Caracas. Tras una larga jornada de trabajo aposenté mis huesos en el hotel, no sin antes lanzar un par de vaporizaciones de mi colonia para quitar los olores a sábana de hospital y cuando me hube ubicado, emprendí lo que esperaba fuera un corto paseo. Paseando encontré, en un escaparate, un par de botas rojas que me llamaban y me decían que mi mago de oz sólo era visible con ellas puestas y como llevaba mi visa con pinta de baldosa amarilla, en seguida las adquirí con la esperanza de que el gesto de estrenarlas se convirtiera en el primer paso de o

PENSAR O SENTIR EL ARTE

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Tanto defender el pensamiento como precursor del sentimiento, tuvo que ser el arte lo que me devolviera al primitivismo… Fueron un cuadro de Ángeles Santos Torroella y una corta frase de Punset los que desmoronaron en un par de días mi teoría. Escribió Punset que “los sentimientos son más veloces que el pensamiento” y, al leerle, primero he renegado pero después me ha venido el recuerdo de la imagen del cuadro “Un Mundo” de la Santos. Me he recordado a mí misma sonriendo emocionada ante la singular belleza de aquella pintura que un par de días atrás me había fascinado más que “El Guernika” durante mi fugaz visita al Reina Sofía. Mi teoría se fundamentaba en que antes de desencadenarse el sentimiento ha de existir un pensamiento previo, pero… si esto es así: ¿qué pasa con el arte?. Porque lo cierto es que no pensaba nada mientras la emoción me embargaba recorriendo el museo y más ante el cuadro aquél. Cuando uno contempla una obra de arte, ésta puede (o no) producir algún tipo de reac

LIBERAR A MERCHE

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Tres años atrás, mientras trabajaba, recibí la noticia de que allá dentro, en el taller, se había montado revuelo ante los maullidos de un mini-felino que parecía haberse quedado atrapado en el motor de una furgoneta Vito. Los mecánicos, acobardados, buscaron mi ayuda sabedores de mi pericia para con los animales. Me acerqué, agudicé el ingenio y con algo de maña conseguí liberar al animalillo que asustado, al verse liberado se lanzó a mi regazo. Le miré, me miró y nos enamoramos la una de la otra. Así encontré a Merche: mi gata callejera. Durante este tiempo, Merche (llamada así en honor de la marca del coche del que la salvé) ha hecho las veces de fiel compañera de piso. Como todos los gatos es esquiva y salvaje. Me destrozó el sofá con sus uñitas y más de una vez tuve que cerrarle la puerta del balcón para que me dejara descansar pues en primavera el celo le hacía buscar mi cariño maullando y arañando la puerta de mi habitación donde no le dejaba entrar. Nunca le quise esterili

ENCONTRANDO LO BUENO

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Recuerdo mi época de pensamientos subsuelíticos cuando tras vencer la batalla y ganarme de nuevo mi propia vida, no encontraba sentido a casi nada. También recuerdo para entonces pensar continuamente que deseaba que ocurriera algo bueno de una vez, sin darme cuenta que el mundo con sus cosas buenas seguía girando a mi alrededor y era yo misma la que estaba quieta en el centro de mi propio universo con la venda del miedo cegando mis ojos y manteniéndome quieta, al margen de la dinámica de la realidad. Muchas veces pensamos que lo bueno ha de tener algún componente mágico, como si hubiera de hacerse esperar o sólo pudiera llegar de una manera casual o azarosa. Puede que sea así como ocurra normalmente, pero no es casualidad que sólo cuando uno deja de esperar grandes eventos como precursores de algo de felicidad ocurren pequeñas cosas que, sin esperarlo, se convierten en lo mejor de la semana, o del mes, o del año. Puede sonar a psicología barata, pero doy por sentado que sólo cuando

NO ESTAMOS LOCAS, SABEMOS LO QUE QUEREMOS

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Vive la vida igual que si fuera un sueño… Así reza la canción de Ketama que tampoco me gusta mucho, pero mira, para titular lo que estoy pensando ya me viene bien. Parece ser que no soy la única despechada por esta nuestra blogosfera querida. Así que (¡como no!) Me ha dado por pensar. Ante una ruptura que se motiva de manera ajena a nuestra voluntad, es decir, cuando el novio nos deja, las chicas solemos sufrir algún ataque de descomposición mental y solemos centrarnos en la auto acusación del tipo “tendría que haberlo visto venir” “me lo merezco por buenaza”, además del estado de shock del tipo “no me lo puedo creer, ¿otra vez?”. Esto más de una vez nos lleva a pensar que tenemos algún tipo de problema cerebral porque cuesta entender que el empeño que ponemos en lo que hacemos no de los resultados deseados. Señoras, no estamos locas, simplemente sabemos lo que queremos. Pero lo que queremos no depende exclusivamente de nosotras. Al contrario de lo que ocurre en otras parcelas de n

LA AVARICIA ROMPIO EL SACO

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Lo del ex pensático trae cola amigos. ¡Sí señor! A veces y sólo a veces se hace justicia. Ya dije yo que muchas veces aquello que deseamos puede llegar aunque no en la forma que esperábamos y así ha ocurrido con el asunto de mi vivienda. Tras comunicar a los propietarios que, puesto que pretendían realizar un ejercicio excesivo de su derecho de aumento de renta y modificación de contrato, era mi deseo abandonar el inmueble. Por lo visto, se produjo un enorme revuelo en toda la comunidad de propietarios lo cual se tradujo en una nueva reunión que realizaron ayer. Así que anoche, con el tinte de pelo puesto en el tozal (es decir: con el pelo lleno del emplaste y con pintas de haberme retozado con el coco en un pozal de heces), recibí la visita de una las vecinas que regresaba de la reunión para notificarme que toda la comunidad se había retractado de su decisión y me hacían una nueva oferta mediante la cual me pedían disculpas y proponían que me mantuviera en el inmueble con una mejora d

NO TODO SON PENAS (o mira que animan los chicos de “Arizona Baby”)

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Parece que últimamente no cuento más que penas, pero no se lleven ustedes a error, queridos internautas, aquí la Pens hace más cosas además de penar por las esquinas cual pajarillo herido que quiere volver a aprende a volar… ¡AINS!. El otro día mientras trabajaba recibí la llamada de un amigo: “Pens, nos vamos de concierto esta noche, a Sabiñánigo ¡he dicho!”. Dicho y hecho! Sale una de trabajar, descansa un ratito, se mete en la ducha y después pelea con el armario, pelea con el secador, pelea con el rimel, pelea otra vez con el armario y, al final, pelea con los padres: “¿dónde vas? ¿así vas a salir con el frío que hace? ¿hasta Sabiñánigo hoy, si va a nevar?... aaaahhhh! Bueno! Con esa chaqueta mejor hija mía, pásatelo muy bien!”. (¡AAARRRRGGGG!!! ¿Y yo quería volver a tener quince?, ¡por dios!). Rumbo al dichoso pueblo coronamos el puerto de Monrepós bajo una inquietante llovizna algo blanquecina, pero somos valientes y positivos: no es nieve, es que como hay luna llena las gotas r

EMPAQUETAR UNA VIDA

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Ayer comenzó oficialmente mi retirada del expensático. Tengo mucha suerte y unos cuantos amigos forzudos se prestaron a ayudarme para desmontar muebles y transportarlos a su nuevo habitáculo (una gran habitación en la casa del pueblo de mi cuañado, ¡ufff! Al menos estarán a salvo). Anteriormente ya había estado yo empaquetando todas las pequeñas cosas que me habían acompañado durante estos últimos seis años: cuadros, vajilla, ollas, sartenes, sábanas, mantas, libros, discos y elementos varios de decoración. Mientras trasladábamos cosas, de repente pensé que allí estaba mi vida: empaquetada. Allí en Albero Bajo, a sólo diez minutillos de Huesketa se quedan empaquetados los últimos seis años de mi vida. Allí se quedan los recuerdos de noches de insomnio, días de resaca, días de incertidumbre, de miedos, pequeñas alegrías, amigos, amigas, amantes … Allí queda guardado el recuerdo de mi vano intento de crear un hogar, mi propio hogar. No tengo la más remota idea de lo que me espera, pero n