MIEDO A SUFRIR
Para mi regreso tras un pequeño stop por falta de tiempo e inspiración, elijo nuevamente el tema del miedo. Ya adopté una vez la frase de un amigo: “el miedo es el enemigo”. Teniendo en cuenta esto, hoy pienso en un miedo muy común: el miedo a sufrir.
Son muchos los sentimientos o sensaciones los que nos hacen sufrir: rabia, impotencia, desamor, incertidumbre… La cuestión es entender que vivir bajo la influencia de alguno de ellos o incluso varios a la vez nos hace humanos.
Insisto una vez más en las consecuencias de vivir en una sociedad a la que llamamos “del bienestar”. Nos parece que el sufrimiento es como un accesorio molesto que no deberíamos soportar y que si lo hacemos somos desgraciados o lo que es peor, cobardes. Grave error. Cobarde es aquel que intenta deshacerse del dolor como si éste no debiese existir.
En mi opinión, el sufrimiento forma parte de nuestra condición humana. El sufrimiento nos enseña, nos ayuda a madurar. Intentar huir del sufrimiento, en mi opinión, puede ser incluso psíquicamente insano y desde luego, como en todo, cuanto antes se acepta la situación de sufrimiento, antes se le puede poner remedio.
Hay veces en la vida en que “toca” sufrir y lo mejor es aceptarlo del mejor grado posible. No digo que nos regodeemos en nuestro propio sufrimiento, pero sí sería sano aceptar el dolor como una parte más de nosotros mismos, permitirnos sufrir y no tener miedo a demostrar nuestro sufrimiento. Ante un problema o una situación grave que nos hace sufrir, lo mejor es resignarse e intentar, a través del sufrimiento, encontrar el camino que nos lleve a una situación mejor, con paciencia y tranquilidad. Aceptándonos a nosotros mismos y, por ende, aceptando aquello que nos influye.
Porque lo humano es sentir, notar las consecuencias de aquello que nos ocurre para sacar partido y aprender. Si no, ¿qué nos diferenciaría de una roca?. Nadie es de piedra, así que, amigos internautas, aprendamos a sufrir.
Son muchos los sentimientos o sensaciones los que nos hacen sufrir: rabia, impotencia, desamor, incertidumbre… La cuestión es entender que vivir bajo la influencia de alguno de ellos o incluso varios a la vez nos hace humanos.
Insisto una vez más en las consecuencias de vivir en una sociedad a la que llamamos “del bienestar”. Nos parece que el sufrimiento es como un accesorio molesto que no deberíamos soportar y que si lo hacemos somos desgraciados o lo que es peor, cobardes. Grave error. Cobarde es aquel que intenta deshacerse del dolor como si éste no debiese existir.
En mi opinión, el sufrimiento forma parte de nuestra condición humana. El sufrimiento nos enseña, nos ayuda a madurar. Intentar huir del sufrimiento, en mi opinión, puede ser incluso psíquicamente insano y desde luego, como en todo, cuanto antes se acepta la situación de sufrimiento, antes se le puede poner remedio.
Hay veces en la vida en que “toca” sufrir y lo mejor es aceptarlo del mejor grado posible. No digo que nos regodeemos en nuestro propio sufrimiento, pero sí sería sano aceptar el dolor como una parte más de nosotros mismos, permitirnos sufrir y no tener miedo a demostrar nuestro sufrimiento. Ante un problema o una situación grave que nos hace sufrir, lo mejor es resignarse e intentar, a través del sufrimiento, encontrar el camino que nos lleve a una situación mejor, con paciencia y tranquilidad. Aceptándonos a nosotros mismos y, por ende, aceptando aquello que nos influye.
Porque lo humano es sentir, notar las consecuencias de aquello que nos ocurre para sacar partido y aprender. Si no, ¿qué nos diferenciaría de una roca?. Nadie es de piedra, así que, amigos internautas, aprendamos a sufrir.
Comentarios
Aunque en mi opinión no es necesaria una guerra o catástrofe para tener un motivo por el que sufrir, yo me refiero a lo cotidiano, a esos problemillas que todos tenemos y que intentamos pasen por nuestras vidas sin pena ni gloria... es como si quisiéramos anestesiarnos del mundo exterior.
Esta evolución de la que tanto hablamos, hoy, se me antoja des-humanizante... se me dibujan imágenes de entes anti-emotivos vagando por las ciudades...
¡¡¡ uuuffff... el ataque de la homona me está haciendo estragos!!! jejeje
Besos amiga
En fin.
Besitos majete!
Saludicos!