Hasta luego
Me pareció que callaba muy de
repente mientras todas estábamos celebrando la futura maternidad de una más (y
ya van tres) de mis amigas a través de la mensajería instantánea.
Sentía mariposas en el estómago
por la ilusión de las vidas nuevas que se están gestando a mi alrededor de
camino a casa tras la jornada laboral y con esa sensación, a pesar del
cansancio, me até las zapatillas y arranqué a trotar en busca del abrigo del
parque en las tardes ventosas de invierno.
Llevaba un buen rato corriendo cuando recordé su silencio repentino y un
vuelco en la boca del estómago me hizo saber que, tal vez, una mala noticia me
esperaba al llegar a casa. En cuanto vi
ese dibujito verde arriba, a la izquierda de la pantalla, imaginé lo que
pasaba.
Cáncer se cobra una víctima más y
yo aquí me quedo como siempre con esta sensación extraña. Agradecida por sobrevivir. Culpable por sobrevivir.
Hasta luego Sonia. Cuidaré de tu hermana todo lo que se deje, ya
la conoces…
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Salud! (nunca mejor dicho)