Demasiadas expectativas de Grey
No me sorprendió que el libro
fuera un Best Seller, más que nada porque la literatura erótica generalmente se
mantiene en una especie de submundo friki escondida bajo montones de novelas
policíacas o históricas que son lo que está de moda hoy en día (sin olvidar las
autoayudas y los diarios de adolescentes o treintañeras), pero hete aquí un
trío de libros que cuentan en primera persona la historia rosa picante de una
veinteañera tonta e insulsa que consigue disipar la furia de un sádico para
convertir sus cincuenta sombras en kilos de merengue pastelón. ¿Y qué? ¿Por qué no un poco de ñoñería y
claridad en este oscuro mundo nuestro en el que parece que todo para ser bueno
o culto haya de ser oscuro y grotesco?.
Hace poco vi la película. Por supuesto, con mis prejuicios adquiridos
de las malas críticas profesionales y de las malísimas críticas de a pie con un
constante “no se ve nada” que me hizo esperar ver una suerte de “Cenicienta que
enseña el culo”. Pero mira que tuve
suerte. Supongo que precisamente por las
pocas expectativas que tenía, me encontré disfrutando la película y alegrándome
de ver por fin una peli erótica de las muy muy pocas que se han hecho desde
comienzos de este siglo.
Y me pregunto yo, a parte de
admitir que la película no es ninguna maravilla y que la pareja protagonista
carece bastante del sex-appeal al que nos tenían acostumbrados animalitos como
Mickey Rourke y Kim Basinger en la aclamada “Nueve semanas y media”, ¿qué es lo
que no se ve? ¿qué estaban esperando señoras y señores? ¿penes y bulbas?
¿eyaculaciones? ¿señoras lamiendo penes?, entonces alquilen una porno.
Sinceramente, pensando que el
mercado principal para este film son chavalas de 15-25 añitos (que son las que
gritaban en el cine con solo ver el tráiler), me alivia que al final la cosa
haya quedado así: una moñada erótica sin más.
Palabra de Pensadora.
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Salud!