Bendito trío maldito
Con la edad los gustos cambian y se suavizan. Así, a pesar de no ser la música que me
compraba o escuchaba habitualmente, hubieron tres señores nacionales que para
mí fueron tres grandes y digo “fueron” porque fue justo ayer cuando desapareció
el último que quedaba de aquel trío que parece haber sido maldito por sus
cortas existencias pero bendecido por los dones de la creatividad.
Enrique Urquijo fue el primero en caer, tan grotescamente como
su gusto por la heroína, una tarde le encontraron muerto en un portal de
Malasaña. Recuerdo la noticia y recuerdo
no hacerle caso. Admitiré que es el que
menos me gustó, pero su “Agárrate fuerte a mí, María” que no se refería a la
protección hacia su hija sino de su propio miedo, fue una canción que me
impactó.
Con Antonio Vega sí tuve un par de inconfesables flechazos: “El
sitio de mi recreo” y “Se dejaba llevar” eran y son quizá demasiado dulces para
lo que se suele esperar de mis gustos musicales, pero me gustan porque son
bellas y transmiten una sensibilidad que se malogró también con el abuso de las
drogas.
Y Manolo Tena, mi favorito de los tres. El más golfo y canalla. El guapo.
Ese hombretón español capaz de convertir un colocón en un escalofrío que
todos los que sabemos algo de música nunca olvidaremos: aquella “Frío” no tiene
parangón en la discografía nacional. Sin
embargo, es “Llévame al mar” la que contiene una frase tan sencilla como “llévame
libre y salvaje” que me transporta a mi propia sensibilidad por describir
claramente un deseo eterno. Mis respetos
al Señor Tena desaparecido ayer bajo el titánico yugo del cáncer.
Comentarios
Yo creo que el Tena me gustaba más porque era más rockero, menos empalagoso pero sí, todos unos hachas!