LA MALA EDUCACION

Anoche, mientras descansaba coflada en el mi súper sofá producto del sudor de mi frente, contemplaba los últimos capítulos de la temporada de House. Como suelo hacer, durante los anuncios, zapineé un poco hasta encontrarme con un documental que trataba de los jóvenes maltratadores.

Hablaban de chavales que maltratan psíquica y físicamente a sus padres.

Lo que más me llamó la atención fueron las causas que iban desgranando y los nombres que ponían: trastorno de personalidad, síndrome del dictador… y otros nombres que no recuerdo (no olvidemos que estoy en pleno estrés).

También hablaban de la vida en la sociedad actual como principal motivo para estas afecciones y allí es donde se me disparó la alarma.

Pensándolo bien, sí, efectivamente, buena parte de la culpa la tenemos los padres de esta nueva hornada de juventud (me incluyo porque aún sueño con ser madre algún día).

Para mí, la gravedad del asunto está en que no educamos a los chavales, estamos tan ocupados que nuestros hijos se convierten en un mero accesorio que vamos “colocando” como podemos en nuestras vidas pero sin terminar de involucrarnos.

En la mayoría de las familias actuales, los dos progenitores han de trabajar. Usualmente dejan a los niños a cargo de la guardería o en el colegio con un montón de actividades extraescolares para mantenerles ocupados mientras están ausentes y cuando, por fin, se reúne la familia en el hogar, los padres están tan cansados que mandan al pequeño a ver la tele, jugar al ordenador o cualquier cosa con tal de que no moleste el merecido descanso después de la agotadora jornada laboral. El chaval se convierte en una pesada carga difícil de llevar.

Los niños no tienen comunicación con sus padres. Y los padres están tan absortos en sus vidas de adultos que no tienen tiempo de EDUCAR a los chavales, de ponerles los límites, de enseñarles respeto. De esta manera los niños aprenden que sólo con ponerse un poco pesados, sus padres van a hacer lo que se les pida y, así, campan a su antojo durante su infancia y al llegar a la adolescencia, se disparan las alarmas pues esos niños ya son casi adultos, con la misma fortaleza o más que sus padres y han aprendido que mediante la fuerza pueden conseguir lo que quieran. Llegado este momento es muy difícil dar marcha atrás.

Quizá si entendiéramos que en lugar de un mercedes se puede conducir un citröen, que en lugar de un adosadito a las afueras podemos vivir en un pisito de alquiler y que, nuestros hijos nos querrán igual tengan o no la play-station, conseguiríamos dedicarles más tiempo y más mano dura para EDUCAR y dejar de MALCRIAR.

No soy madre y, seguramente, no soy objetiva. Pero sí os diré, amigos internautas, que me preocupa mucho este asunto y que pienso que si no empezamos a poner límites y reclamar respeto a nuestros jóvenes nos espera un futuro más que incierto.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Has vuelto a tocar un tema de los que me escuezen..
Estoy muy de acuerdo con todo lo que dices. Me parece un asunto grave y triste a partes iguales.. Últimamente el consumismo se ha extendido incluso al modo de tener hijos.. Se tienen porque nos apetece un capricho, o/y porque nos aburrimos, o/y porque la relación de pareja va mal.. Sin ningún tipo responsabilidad, y con la misma negligencia con la que muchas veces vivimos.. Todo esto viene aderezado además con la confusión y el desarraigo que se palpa cada vez más en la sociedad.. Si somos unos desgraciados, nuestros hijos también lo serán, y la única forma que encontrarán para descargar el desconcierto y la angustia que tienen es pataleando como mandriles... mucho más si no tenemos las herramientas/habilidades/conocimientos para ejercer un control sobre ellos basado en la comprensión psicológica, ni, en su defecto, el benplácito de la sociedad para ejercer otro tipo de autoridad.
La mezcla es explosiva, y el desarraigo también.
El Pez Martillo ha dicho que…
¿Fueron buenos los capítulos finales de House?
PENSADORA ha dicho que…
Anónimo, ya te darás a conocer que con lo bien que escribes seguro tienes algún blog interesante ¿no?.

¡PEZ! SSSIIII!!! Estuvieron estupendos!. Con grandes dosis de psicodelia y buena música.
ELECTRA ha dicho que…
cuanta razon en esta entrada, tendriamos que pensar un poco mas antes de hacer las cosas, estamos viviendo en una sociedad en la que es facil confundirse, "la noche me confunde hermano"
Anónimo ha dicho que…
Interesante poco, más bien algo viejo y desgastado.. En todo caso me parece que ya has pasado alguna vez por allí.

No me identifico aquí más por manías tontas que por otra cosa, aunque también depende del viento.
En todo caso gracias, es un placer leer tus post y decir algo cuando me resulta inevitable :)
El Pez Martillo ha dicho que…
Me han contado que hay un striptease de Cuddy muy interesante...

Por otro lado, y por centrarnos en el tema de la entrada, añadiría que la educación no sólo es cosa de los padres. Eso que dicen algunos que lo de enseñar valores y tal es cosa de la familia me parece un gran error. La sociedad también ha de poner su granazo de arena, y me parece que hemos dejado de hacerlo. Últimamente estoy oyendo mucho eso de "le echaría la bronca, pero como no es mi hijo...". Y si a esto le añadimos un mundo en el que todo se hace con excesiva inmediatez y "aquí y ahora" (toso lo arreglamos pulsando un botón o tomando una pastilla), pues nos encontramos con niños y jóvenes caprichosos y que no saben oir un no por respuesta. Yo, que trabajo con niños, lo veo todos los días.
Psicologo em fortaleza ha dicho que…
hola amigos este blog es muy buerno gracias guia de estambul

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