¡QUE MÁS DA!
Una tarde cualquiera puede una encontrarse de repente con sensaciones conocidas pero casi olvidadas. Aflorar la sensibilidad y al ritmo de unos cuantos acordes bien dispuestos preparar las próximas mini-vacaciones mentalmente.
Una tarde cualquiera, cuando los pronósticos dicen que la cosa no será sol en la playa, una dice, tras mucho tiempo sin hacerlo: ¡que más da!... y una ligera sonrisa menea la comisura labial como preludio de actitudes mejores.
Siempre la música…
Comentarios
y siempre la música por supuesto
un fuerte abrazo.
Saludines!