Pero mira que eres rara, chica.

Durante mi adolescencia en Venezuela descubrí mi primera rareza, allí las chicas se desarrollan antes que las europeas, así que hasta bien entrados los catorce años me mantuve plana como un tablón mientras mis amiguitas ya tenían dos pares de melones bien puestos con su cintura de avispa y su caderón latinoamericano. Ahora bien, la venganza llegó servida en bandeja de plata porque cuando me llegó la hora las adelanté por mucho, sobre todo en altura. Pero poco duró mi felicidad, pues al ser tan alta, esbelta y blanquita como la leche, también resultaba un bicho raro.

Para terminarla de fastidiar yo ¡leía! y ¡escuchaba música en inglés!... vaya sacrilegio por esos lares, donde las chiquillas de mi cole sólo escuchaban a “Menudo” (el grupo del que salieron Ricky Martin y Chayanne) y leían revistas tipo Vale. De acuerdo, si me pongo en situación era una provocadora, pero yo me crié en un hogar donde mis hermanos se dedicaban a culturizarme desde una edad muy temprana y donde, gracias a ser emigrantes de un país más “culto”, tenía a mi disposición mucha información privilegiada. Conseguí compartir estas informaciones con otras chicas de cursos superiores al mío y terminé involucrada en el grupo de las frikis del cole sin querer, aunque yo que soy fiel y leal, mantuve mi grupo de amigas de siempre aunque ellas escucharan “Menudo” y bailaran salsa y merengue (cosa que intenté pero sin éxito, si me vieran ahora…). Todo esto en el marco de un colegio de monjas claretianas no muy estricto pero de monjas al fin y al cabo.

Como esto no era suficiente, un día mis padres que estaban hartos de pasar miedo en Caracas y de sentirse solos con toda nuestra familia en España, decidieron que nos volvíamos todos “a casa”. ¡Toma ya! Entonces me convertí primero en la españolita que se vuelve a su país (traidora) y luego en la primera emigrante venezolana de mi instituto y creo que de la ciudad entera pues mi hermana todavía tardó un año en venirse.

Bueno, con este pequeño resumen quiero transmitir que entiendo que en aquellos tiempos me tuvieran por rara, pero… ¿qué es lo que pasa últimamente?, parece ser que esté de moda ser raro.

Esta ocurrencia me viene a la mente debido a mi gran sentido de la observación y, la verdad, me sorprende de sobremanera la proliferación de “raritos” en esta nuestra sociedad española.

Resulta que me voy de tapas en Madrid y no dejo de ver jovencitos, jovencitas y no tan jovencitos ni jovencitas con indumentarias “alternativas” intentando adoptar la postura más complicada posible, no sé si por llamar la atención o por demostrar que “soy súper rara e interesante y por eso me siento en el suelo en lugar de la cómoda banqueta que tengo a mi lado”.

Salgo a ver un concierto en la única sala de conciertos gratuitos de mi ciudad y me encuentro en toda la primera fila con un sin fin de coloridos “raritos” intentando abrirse paso para bailar lo más descordinadamente posible, tampoco sé si por llamar la atención o por demostrar una vez más que “soy súper rara e interesante y por eso me pongo a bailar adoptando las posturas más incómodas posibles, empujando a todo el mundo en lugar de dar brincos e incordiar a los músicos evitando así la multitud de contracturas musculares que voy a tener mañana, además de evitarle los moratones a los puretas de mi rededor”.

No hablar de las “raves”, de los festivales y de tantos eventos a los que adoro asistir, pero, ¡jo! Ahora que por fin parecía que yo estaba entre los normales. Ahora que vivo en un lugar donde hay más chicas altas y blancas como la leche además de mí, donde escuchar música internacional y leer es normal… ahora resulta que vuelvo a ser la rarita ¡porque soy normal!.

A ver, no está mal que la sociedad adopte un criterio propio ¡por fin!, pero me da la sensación que ese criterio propio se está convirtiendo propiamente en el criterio de la masa general.

Amigos internautas, está de moda ser “rarito”, así que nos aplicaremos al cuento y tendremos que salir de casa con la bici de segunda mano que compremos en el rastro aunque nos rompa el trasero y aunque tengamos posibles para otra mejor. Hagámonos todos artistas, poetas, pintores, cineastas, fotógrafos, escultores... total... está de moda y queda súper bien en las reuniones y fiestas hablar de arte como si supiéramos de ello. Comprémonos ropa súper ancha o súper estrecha y pongámosla una sobre otra (da igual el orden) con tal de parecer una menina de las de Picasso. Incluso podemos ponernos a pedir en la calle, sí, sí, el otro día me enteré que queda súper “alternativo” sentarte en cualquier plaza al sol a pedir, queda de lo más bohemio.

Si se me olvida alguna otra rareza que añadir, estaré agradecida de vuestras ideas.

Pero que conste, que esta especie de movimiento o renacer ya estaba inventado y que sus inventores lo hicieron mucho mejor porque realmente tenían algo por lo que luchar y mucho que demostrar.

Seguro que encontráis alguna similitud entre esta imagen y cualquier evento “alternativo” al que asistáis.



Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Afortunadamente, las modas son eso, solo modas, y pasan rápido ...
Werewolfie ha dicho que…
¿Qué es rareza, me preguntas cuando clavas tu pupila fucsia fosforito en mi pupila ultravioleta con ray-ban?
Psicologo em fortaleza ha dicho que…
hola amigos este blog es muy buerno gracias guia de estambul

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