SOLAS

Manda narices! Hoy me he tenido que enfadar con el temita de mis treinta y la soltería.

Vale, lo admito, sufro el síndrome de la soltería aguda… ¿y qué?. Parece como si fuera una apestada, un bicho raro o una miserable por el hecho de seguir solita.

Pero si no estoy sola, lo que pasa es que no tengo pareja o una familia propia, pero tengo un montón de amigos que adoro y me adoran y otro montón de familiares que también me adoran y adoro, además de a mí misma que no es poco. ¡AJA! (ese “aja” va con meneo de cabeza y ojos de cabreo y afirmación rotunda).

Hoy he recibido la visita en el trabajo de un asesor (este es un señor que se encarga de controlar mi trabajo para la central de Madrid), tengo suerte porque en lo que se refiere al grueso de mi trabajo diario suelo salir muy bien en la foto. Pero el muy Cap… siempre me tiene que preguntar: “bueno que! ¿ya te has echado novio o qué?”, seguido del insufrible: “mira que se te pasa el arroz”. Suelo reírme y decirle que estoy esperando a que se divorcie para casarme con él, así le hago un poco la pelota y consigo que suelte más “incentivo” a final de año.

Pero la realidad es que cada vez que me hacen a mí o alguna mujer que conozco estas preguntas o comentarios, cada vez que veo series, películas sobre el tema o leo según que artículos en según que revistas que no debería ni hojear… me pongo ¡atomica!.

¿Acaso mi felicidad y las de los que me rodean está totalmente ligada a mi estado civil?. Espero que no, porque sería una pena decepcionarles.

En mi generación, existimos muchas mujeres en esta situación. No me refiero a separadas, divorciadas, etc… Me refiero a solteras de “pura cepa”, de las que no hemos pasado por el altar nunca y no lo consideramos una condición imprescindible para nuestra supervivencia social.

Parece como si mis compañeras y yo tuviéramos que ser una especie de “entes” apenados y mal encarados. Almas desgraciadas en busca del amor que la vida nos niega…Uyuyuy! Que no es así la cosa.

Que claro que nos gustaría tener alguien que nos ame. Que a más de una nos ha llegado la “llamada de la naturaleza” y nos hemos tenido que comer los mocos pues resulta más que difícil y caro criar un hijo sola. Pero que conste, que esto no hace desgraciada a ninguna. Ni tampoco más feliz.

Las mujeres solas, no somos desgraciadas, ni infelices. Ni tenemos en absoluto la culpa de esta situación. Simplemente no hemos encontrado a nadie, y ya está. No hay que darle más vueltas.

Se nos pase el arroz o no. Mantenemos la plena seguridad de que obramos en nuestro beneficio cuando elegimos mantenernos solas antes de someternos a relaciones que nos llevarían a la desgracia continua durante el resto de nuestras vidas.

En estos tiempos que corren, cada vez somos más las almas solitarias (hablo ya de ambos géneros), pero sigue habiendo un vacío evolutivo en la crítica social de este estado: las mujeres seguimos soportando la etiqueta de “solteronas” como si tuviéramos la culpa de lo que nos pasa por feas o raras, mientras que los hombres disfrutan de la de “soltero de oro” como si su soltería fuera más bien una suerte o ventaja del hombre guapo y adinerado.

Amigos internautas, a ver si conseguimos educar a nuestros mayores para que dejen de ver a las solteras como fracasadas y nos empiecen a dar el mismo trato que al resto de la humanidad.

Comentarios

Laura ha dicho que…
Olé! Tienes toda la razón. La época de "vestir santos" pasó a la historia, afortunadamente. Durante todas las vacaciones de mi adolescencia, en el pueblo de mis padres tuve que soprotar, verano tras verano, la preguntita: "Y tú, no tienes novio?". Cierto es que a nadie le amarga un dulce, que la idea de compartir tu vida con alguien está muy bien, pero no pasa nada si no aparece la persona adecuada, ni me voy a enterrar en vida. Faltaría más.
El Pez Martillo ha dicho que…
Qué bien se escribe con un cabreo encima! Sí señora!

Últimamente se han ido casando algunos de mis primos peninsulares. Allí tenía que aguantar los interrogatorios y las preguntas del tipo: "¿para cuándo tendremos que ir a Mallorca a tu boda?". La cosa se acabó cuando a una de mis tías le respondí, en mi tono cínico habitual: "me parece que antes vendré a tu funeral". Hubo bronca y tal, pero ya nadie más se atrevió a hacerme según qué preguntas.

A estas situaciones yo las llamo "momentos Bridget Jones", y no veas la gracia que me hacen....
Maria ha dicho que…
"¿Acaso mi felicidad y las de los que me rodean está totalmente ligada a mi estado civil?. Espero que no, porque sería una pena decepcionarles."

No rotundamente, tu felicidad es tuya, tu te la guisas y tú te la comes, digo tú, pero puedo decir, yo.
Es una pena que el paso de la evolución sea tan lento con respecto a nuestras vidas y tengamos que soportar hoy en día todavía la palabra "solterona" y sus implicaciones.
Me encanta como escribes pensadora.
El decálogo es genial.
Un saludo
PENSADORA ha dicho que…
Huy que exito!
Gracias a los tres.
Mola lo del "momento bridget jones" martillofish... ya lo pienso yo muchas veces.
¡DIOS!...soy Bridjet Jones versión ibérica... jejeje!
Psicologo em fortaleza ha dicho que…
hola amigos este blog es muy buerno gracias guia de estambul

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