MAÑANAS SABOR NARANJA
Tenía la costumbre de hacer repetir la alarma del despertador al menos un par de veces antes de levantarse, pero desde hacía meses lo evitaba. Ahora había alguien en un lado de su cama.
Todas las mañanas se levantaba la primera, apagaba el despertador sin pulsar la repetición y salía a hurtadillas de la habitación para aprovechar ese ratito a solas que le permitiera continuar con sus rutinas habituales de baño y desayuno, con la salvedad de que ahora el tradicional zumo de naranja era para dos.
Cuando ya estaba lista, llenaba un vaso con la otra mitad de zumo y regresaba a la habitación. Lo colocaba en la mesita de noche y aprovechaba la ocasión para observarle un rato. A veces parecía dulce y otras roncaba, pero siempre resultaba placentero despertarle.
“Primero bébete el zumo”, le decía al ocupante de su cama que siempre despertaba con cara de alegría por verla y ganas de besarla. Después ella le daba el primer beso del día y así conservaba el sabor naranja durante toda la mañana.
Comentarios
No hay nada más tierno que acariciar algo que duerme.
Un saludo amiga, mañana desayuno zumo...de naranja.
j.angel)
Saludos.
Querido Pez, ha sido un momento de melancolía transitoria por algo que TUVO mucho de real.
Saludos!