Cenizos
No soy muy amiga de la caridad pero sin embargo, sí lo soy
de la humanidad y gusto de echar una mano en aquello que pueda porque o bien me
afecte directamente o porque crea pueda funcionar.
Me ocurre que he leído o escuchado alguna crítica hacia esos
pequeños gestos que los ciudadanitos de a pie solemos realizar cuando alguna
asociación, agrupación o fundación se presta a lanzar alguna
campaña de ayuda. Son críticas
realizadas en busca de la comparativa con el sin fin de aberraciones que
estamos presenciando desde el principio de la crisis, como si los esfuerzos
dirigidos a otras causas que no sean manifestarse por la salud o educación
pública fueran en vano o sólo se tratara frivolidades pasajeras de señoras que
gustan vestir de rosa o señores que fardan de africanito apadrinado.
Me resulta gracioso que estas críticas suelen proceder de
personas aparentemente cultas y estudiadas. Personas grises y cenizas que nunca ven un mínimo de bueno en las cosas. Gente de la que se sienta a leer a Nietzsche en medio de una fiesta. Tipos y/o tipas de esos/esas que casi te convencen con sus gafas de pasta y su discurso pseudo-revolucionario.
Todos tenemos derecho a expresarnos y a elegir aquello que
nos motive a luchar, pero desde luego creo que hay que mantener un grado de
respeto hacia las causas de cada cual de la misma forma que en un país laico se
respetan las religiones de cada uno.
También estoy convencida de que en este caso que me ocupa, lo mismo
puede uno invertir energía en portar un lazo rosa que en recoger firmas o
manifestarse en contra de la privatización del sistema de salud. En un caso veremos resultados palpables sólo
con informarnos un poco y en el otro quizá no veamos resultados jamás, pero ahí
queda nuestro guisante.
Para finalizar, sólo desearle a alguno de esos cenizos a
quienes claramente va dirigida esta entrada, tengan que sufrir una cuarta parte
de lo que sufren muchas personas mucho más cerca de lo que creen. Ya les digo yo que se iban a poner un lazo
rosa XXL alrededor de la calva o a montarse un banco de alimentos tamaño campo
de fútbol (lugar que seguro conocen bien, por cierto).
Palabra de Pensadora.
Comentarios
(Eh, yo llevo gafas de pasta y creo con toda la fuerza de mi corazoncito que llorar por los gatos callejeros te reconcilia con la Humanidad)
Nada MIGUEL ANGEL, te perdono por ser tú.
SILVIA estoy segura de que a tí las gafas te sientan estupendamente y que además las llevas porque realmente las necesitas, no como aquellos a los que mento.
Salud!