IGUALDAD, PERO NO A CUALQUIER PRECIO
Últimamente ando un tanto “quemada” con ciertas actitudes que vengo observando en mis compañeros del sexo opuesto (al mío, sin acritud).
¿Qué es lo que está pasando? Acaso el tema de la liberación femenina empieza a estar mal entendido y se nos ha ido un poco de las manos.
Llego a esta conclusión porque a pesar de que efectivamente, espero un grado de igualdad moral lógico, razonable y acorde con el sentido común. También espero el trato diferencial que me pone en mi situación como mujer en el mundo. Me explico: el hecho de que yo ya sea tan buena profesional como ellos (pero siga cobrando al menos un 20% menos), que pueda votar, vestirme como me plazca, salir cuando quiera, entrar cuando quiera y en pocas palabras comportarme como un humano más, con los mismos derechos. No significa que se me haya de tratar como una igual sexual, es decir, no soy un tío, no me gusta que me traten como uno de ellos. Porque soy mujer y lo que sigo queriendo es que se me trate y entienda como tal. Porque hay una diferencia más que notable entre hombre y mujer y gracias a ella la vida es más entretenida. Que la naturaleza nos ha hecho diferentes porque es la manera de mantener una cadena lógica de evolución (recordemos que necesitamos el uno del otro para procrear y hermafroditas reproductoras sólo son algunas plantas).
Parece ser que todo esto no se entiende muy bien pues lo que voy viendo y viviendo me indica que los hombres, cada vez más, nos consideran como iguales no sólo en derechos sino en todo. Un todo que no corresponde porque, amigos míos, a mí, como mujer, me gusta que se me trate con respeto. El respeto que me merezco por el simple hecho de ser humana, el mismo que se merecen ustedes por ser humanos. Respeto a mis sentimientos y forma de ver la vida. Que no quiero que se me mal interprete, no necesito que nadie me mantenga ni me “lleve en palmitas” como si fuera una inútil pero sí espero ese mínimo de respeto que cada vez se pierde más con la excusa de la igualdad.
Me harto de escuchar la frase “¿no queríais igualdad? Pues aquí la tenéis!”. Sí, quiero igualdad: de derecho y oportunidad. No igualdad sexual.
Porque soy diferente, porque mis hormonas son otras y, por lo tanto, tengo otro comportamiento y pensamiento. Ni mejor ni peor, diferente.
¿Qué es lo que está pasando? Acaso el tema de la liberación femenina empieza a estar mal entendido y se nos ha ido un poco de las manos.
Llego a esta conclusión porque a pesar de que efectivamente, espero un grado de igualdad moral lógico, razonable y acorde con el sentido común. También espero el trato diferencial que me pone en mi situación como mujer en el mundo. Me explico: el hecho de que yo ya sea tan buena profesional como ellos (pero siga cobrando al menos un 20% menos), que pueda votar, vestirme como me plazca, salir cuando quiera, entrar cuando quiera y en pocas palabras comportarme como un humano más, con los mismos derechos. No significa que se me haya de tratar como una igual sexual, es decir, no soy un tío, no me gusta que me traten como uno de ellos. Porque soy mujer y lo que sigo queriendo es que se me trate y entienda como tal. Porque hay una diferencia más que notable entre hombre y mujer y gracias a ella la vida es más entretenida. Que la naturaleza nos ha hecho diferentes porque es la manera de mantener una cadena lógica de evolución (recordemos que necesitamos el uno del otro para procrear y hermafroditas reproductoras sólo son algunas plantas).
Parece ser que todo esto no se entiende muy bien pues lo que voy viendo y viviendo me indica que los hombres, cada vez más, nos consideran como iguales no sólo en derechos sino en todo. Un todo que no corresponde porque, amigos míos, a mí, como mujer, me gusta que se me trate con respeto. El respeto que me merezco por el simple hecho de ser humana, el mismo que se merecen ustedes por ser humanos. Respeto a mis sentimientos y forma de ver la vida. Que no quiero que se me mal interprete, no necesito que nadie me mantenga ni me “lleve en palmitas” como si fuera una inútil pero sí espero ese mínimo de respeto que cada vez se pierde más con la excusa de la igualdad.
Me harto de escuchar la frase “¿no queríais igualdad? Pues aquí la tenéis!”. Sí, quiero igualdad: de derecho y oportunidad. No igualdad sexual.
Porque soy diferente, porque mis hormonas son otras y, por lo tanto, tengo otro comportamiento y pensamiento. Ni mejor ni peor, diferente.
Comentarios
Besazos súper fuertes para tí ¡guapo! y mucho ánimo.
Seguimos siendo diferentes pero los derechos deben estar al alcance de todo el mundo!
Te has pasado ya por nuestro foro???
Espero verte por ahi.
http://comunidadbloggera.creacionforo.com
Vosotras no sois tíos, sino personas (la prueba es que, de ser un tío, quizás no hubieras puesto esa imágen.. -lo digo porque a algunos nos pone.. sad but true-)
Un saludo Pensadora, y cuidado con los australopitecus de tu alrededor, que no parecen pocos :)
AI
He dicho! jajaja! y no te preocupes por los australopitecus de mi rededor que lo llevo más o menos bien, los que me dan miedo son los de "fuera".
SALUD!
Prefiero la diferencia dentro de la igualdad.
Gracias por tu post