ACLARANDO IDEAS
Salí de mi cubículo laboral desganada, apesadumbrada. Con un aturdimiento cerebral de esos que sólo un día difícil puede configurar. Con muchas metas que alcanzar y ninguna entre mis manos, las ideas vagaban desordenadas buscando un final que no llegaba. Mi sinapsis estaba fuera de control.
Subí el volumen de la música y allí, ubicada en mi bala plateada, mientras buscaba el mejor camino de regreso al hogar, un semáforo en rojo me permitió mirar hacia fuera del parabrisas.
Las copas de los árboles urbanos bailaban con el viento de la tormenta que se apagaba y por encima de ellas, aunque tímido, el sol del atardecer se abría paso entre las nubes grises aportando colorido y claridad a las calles todavía húmedas.
En lo que tarda un simple semáforo en cambiar de color, el desorden cerebral se esfumó con las nubes de aquella tormenta y uno de los últimos rayos de sol veraniego me regresó a la lucidez de las buenas ideas.
Comentarios
Muy bonito Pens.
Saludos!