EL VALOR DE PELAR LA CAÑA


Llevo unos cuantos días compartiendo opiniones sobre las vacaciones con algunos compañeros blogueros. Todos coincidimos en el absurdo de andar buscando satisfacciones ajenas en lugares ajenos que nos conducen más al estrés que al verdadero descanso.

Admito que a mí me gusta mucho viajar pero también admito que viajar cansa. Así que, como el amigo Pez Martillo, suelo viajar más bien en fechas extrañas y no como una forma de descanso, si no de conocimiento pues, a mi parecer el descanso es otra cosa.

Para mí descansar supone no hacer nada que pueda hacerme perder la más mínima cantidad de energía, en pocas palabras: “pelar la caña”.

Imaginen ustedes una playa paradisíaca y un lugareño con una caña de azúcar en una mano, una navaja desvencijada en otra y el tiempo pasando lenta, muy lentamente. Digamos que la cosa iría a razón de una caña pelada por hora, aproximadamente.

Ahora sólo hay que aplicar esto mismo a el no tener que ir a trabajar e invertir el tiempo en hacer las cosas que no podemos mientras estamos en horario laboral. Leer, dormir, pasear… todo con mucho tiempo, lentamente. Sentarse en un tras-aire, en un hermoso paraje y no hacer nada, sólo estar y ser. Ahí está el valor de pelar la caña, en saber estar y además conseguir ser.

Comentarios

El Pez Martillo ha dicho que…
Aplausos!

El no hacer nada es algo muy serio. Es algo que hay que reivindicar siempre que sea posible. Ya está bien de hiperactividad!!!

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