VIUDITA ALEGRE
Leyendo blogs sobre la soltería y sus pormenores y pensando en las propias experiencias, de repente, como si se me encendiera una enorme bombilla en la cabeza, se me ocurrió compararme con una viuda y, aunque no sea comparable el caso, hay un tipo de viudedad que se acerca mucho a la situación de muchas solteras actuales y el mío propio.
Pensemos en una joven viuda que perdió a su marido de manera accidental, no esperada. La vida sigue y no le queda más remedio que cargar con su pena, superar su duelo y seguir adelante mientras el tiempo lo cura todo. Pero ahí está, ya tuvo el amor, ya lo vivió y al menos sabe que amó y fue amada, al menos, una vez.
Se me ocurre que la soltería se haría más llevadera si aquellas que hemos tenido la suerte de disfrutar de las mieles de alguna relación sana, por más que ésta se haya roto y por más que los motivos de la ruptura no hayan sido los deseados, podríamos intentar pensar como una viudita alegre que está encantada con la vida porque ya conoció el amor y aunque éste ya no exista materializado en la figura de un hombre, se puede mantener vivo en el corazón, no con el recuerdo de una persona en particular, si no con el recuerdo de la mejor parte de lo vivido, porque al fin y al cabo, si una ha invertido tiempo y energía en una relación es porque valió la pena mientras duró y es tontería mantener en el recuerdo únicamente lo malo que, seguramente, duró menos tiempo que lo bueno.
Tengo la suerte de haber vivido unas cuantas experiencias y también tengo la suerte de poder mantener muy buenos recuerdos de todas ellas, incluso de las peores. Como yo, seguro que hay muchas coetáneas y coetáneos que cuentan con la misma suerte. Así que, en lugar de auto-proclamarnos “singles” o “solteronas”, ¿por qué no colgarnos la medalla de “Viuditas alegres”?. Ya conocemos el amor, lo disfrutamos, amamos, fuimos amadas y aunque no sabemos lo que nos depara el futuro, de momento, podemos disfrutar la vida como una joven viuda que ya lloró su pena, se recuperó y disfruta lo bueno que todavía hay por delante.
Comentarios
Tú puedes tener un recuerdo muy bonito de una relación anterior, una buena relación con tu ex, etc.
Quienes perdemos de golpe a un ser amado (que no "ser querido", porque no vale compararlo con un papá muerto; no es lo mismo ver muerto a alguien con quien has compartido cama) no podemos tener una sensación "bonita" de lo sucedico porque no hay más motivo para la separación que la propia tragedia (incluso llamándolo destino o algo).
Y por tanto eso te marca para el futuro porque te hace muy evidente, sin dejar lugar a dudas, que por mucho que vaya muy bien todo en una relación futura, por mucho que tu amor mueva montañas... nada será seguro ni para siempre en realidad.
Dicho esto, tu comentario me ha gustado. :)
Estoy segurísima de que, en absoluto, se puede comparar una cosa con otra. Mi idea, más que una comparativa, es hacer un poco de broma sobre la soltería y las vueltas que las féminas le damos al tema de las separaciones. ¡Amos! que solo quiero quitarle hierro al asunto haciendo un paralelismo exagerado.
Y tienes razón, muuucha razón: nada es seguro ni para siempre, nunca, de eso yo también doy buena fe.
Saludos y gracias por pasarte.
Saludos... ya estare leyendo el resto de tus textos. =D