IBONES DE ARRIEL Y RESPOMUSO
- PENSADORA: zzzzzzzzzz zzzzzzzzz
- DESPERTADOR: Ding, dong, ding - ¡clin, clin!
- PENSADORA: (en voz baja) mmmm nooooo mmmm, quince minutos más…
- DESPERTADOR: ¡vale!
- PENSADORA: ¡que pesao!
- DESPERTADOR: ¿Tú no querías ir al monte?, llegas tarde.
- PENSADORA: AAARRRGGGG!!!
- DESPERTADOR: Acuérdate de lo que te espera...
Mi queridísimo pirineo me esperaba y, como no podía ser de otra manera, allí le encontré dispuesto a recibirme pero esta vez algo duro conmigo. La larga temporada sin hacerle caso había de costarme algo.
Para que se pongan ustedes al día: Ibón es la palabra que empleamos los Güeskonsianos para señalar los lagos de origen glaciar que, desperdigados por todo el pirineo, aportan ese toque mágico al paisaje de los valles en sus cubetas glaciares. Así, dejan constancia de que, en su día, por allí pasaron toneladas de hielo en un viaje de no retorno.
Esta vez, y para variar, fueron unas compañeras “Peña-guarenses” las que me propusieron la idea de hacer una interesante travesía para visitar unos cuantos Ibones. El esfuerzo valió la pena y aquí queda el resultado de una estupenda jornada de montaña:
Comentarios
De acuerdo que vale la pena, mucho, pero con lo perezosa que soy yo...
Qué envidia.
Rebeca! quítate la pereza que no veas lo bien que sienta. Lo juro.
Besitos a las dos ¡hermosas!.