EL ATAQUE DE LA HORMONA II
Una a veces agradece lo de ser mujer, por muchos motivos como la multiorgasmicidad o la posibilidad de dar vida. Pero en cambio hay otras en la que la condición femenina es más bien un incordio.
Y no me refiero a cuando la menstruación hace su aparición y te mantiene unos días de mal humor, sensible y adicta al chocolate. Me refiero a los días de antes, cuando estás ovulando y te pasas el día buscándole el olor a las nubes y preguntándote a dónde vas y de dónde vienes con la lágrima suelta y cambios de humor constantes.
Estos son los días que odio. Cuando el ataque de la hormona te lanza todo su cargamento cual bombardeo estadounidense en cualquier país productor de petróleo.
Y por muy inteligente que seas como para detectar que no es más que eso, un ataque hormonal, la naturaleza sigue su curso y no hay ovarios ni para trabajar a gusto aunque te encante tu trabajo. No hay ganas ni de limpiar la casa, hacer deporte o cualquier otra actividad que te saque de esa hormigonera giratoria que es tu cabeza. No existe un espejo suficientemente estrecho como para demostrarte que no estás gorda ni te ha cambiado el tipo, que es tu cabeza y las hormonas, no la realidad.
Y así me esperan unos cuantos días hasta que a la amiga regla le dé por bajar y terminar de amargarme esta semana. Entonces estaré más bien de mal humor y entonces sí que estaré gorda de la intoxicación de chocolate que seguro sufriré.
PERO QUE BONITO ES SER MUJER!!!
Y no me refiero a cuando la menstruación hace su aparición y te mantiene unos días de mal humor, sensible y adicta al chocolate. Me refiero a los días de antes, cuando estás ovulando y te pasas el día buscándole el olor a las nubes y preguntándote a dónde vas y de dónde vienes con la lágrima suelta y cambios de humor constantes.
Estos son los días que odio. Cuando el ataque de la hormona te lanza todo su cargamento cual bombardeo estadounidense en cualquier país productor de petróleo.
Y por muy inteligente que seas como para detectar que no es más que eso, un ataque hormonal, la naturaleza sigue su curso y no hay ovarios ni para trabajar a gusto aunque te encante tu trabajo. No hay ganas ni de limpiar la casa, hacer deporte o cualquier otra actividad que te saque de esa hormigonera giratoria que es tu cabeza. No existe un espejo suficientemente estrecho como para demostrarte que no estás gorda ni te ha cambiado el tipo, que es tu cabeza y las hormonas, no la realidad.
Y así me esperan unos cuantos días hasta que a la amiga regla le dé por bajar y terminar de amargarme esta semana. Entonces estaré más bien de mal humor y entonces sí que estaré gorda de la intoxicación de chocolate que seguro sufriré.
PERO QUE BONITO ES SER MUJER!!!
Comentarios
Electra, aquí cada uno se lleva lo suyo: vosotras lo padecéis, pero nosotros os padecemos.
Salud y belleza a tod@s!